martes, 19 de septiembre de 2017

Secretos guarda la noche






Negras laderas sedientas con serpenteantes cuestas
tierra con clavos ardientes que van pinchando en las almas
de figuras contrahechas, que se pierden por los bosques
calcinados de miserias, millares de almas deshechas
vagando por las tinieblas, impidiendo el caminar
al corazón vacilante que se perderá en la niebla.

Secretos el bosque guarda a la mirada invisibles,
el alma se desespera, las zarzas cubren la senda,
ocultando la mirada de unos ojos acechantes
a silencios que no callan y a miedos que nos acechan.

Una esperanza descansa, en un recodo rendida,
sentada sobre un mojón, con la fuerza ya perdida,
el feroz lobo se acerca, va disfrazado de oveja,
entre los dientes arrastra los ríos de sangre fresca
del sangrante corazón, de una ilusión medio muerta.

Los sueños están varados en un abrupto zarzal,
lanzando su grito al viento, pidiendo a la soledad
que mate las malas hierbas que impiden su caminar.

En el bosque enmarañado nadie osará contestar, 
ni por cortesía el eco, que permanece callado
en constante tiritar, delante del resplandor
de las ardorosas fraguas, forjadoras de cadenas
para las almas perdidas en sendas de vanidad.


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