sábado, 16 de septiembre de 2017

X Tocados y hundidos.





Tocados y hundidos.

Tengo hundida la mirada, perdida, vacía y yerta,
con la esperanza ya muerta de una vida sin calor,
al ver la faz desolada de tantos sueños perdidos
en esos ojos tan idos, de las almas sin amor.

Caridad vi que lloraba en la esquina mendigando,
por las calles paseando ni solo un alma pasaba.
Este mundo ya se acaba, los valores se perdieron,
los sentimientos murieron, la Soberbia y la Locura
y el hombre en su chaladura ¡al mundo bien le jodieron!

A Doña Esperanza vi, durmiendo en un callejón,
puso la mirada en mí queriendo tomar mi mano.
A su lado la Ilusión, por querer sobrevivir,
hacía el intento vano de arrastrarse por los suelos,
con su roto corazón y perdidos los anhelos.

Así murió la Ilusión; mágica llave que abría
la hoy anulada y baldía compuerta del corazón.
Presa en la desolación, mi voz tan solo un quebranto,
mis ojos un mudo llanto, al ver muertos los valores,
en un mundo ya sin flores, sin un Dios que lance un manto.

La Bondad, toda hermosura, hace tiempo se perdió,
muy temprano se marchó, una madrugada oscura,
llorando con amargura, porque dicen que ella vio
como murió la Ternura, una noche que asomó
por el barrio la Locura de la mano del Horror.

Murió también el Amor y aunque parezca notorio,
no hubo nadie en el velorio, solo un fuerte resplandor
y con ardiente fragor por las calles gran jolgorio
y al fondo del tanatorio, llorando desconsolada,
una figura encapada que parecióme El Tenorio.

Ya tan solo la Locura es la reina de la Tierra,
junto al Señor de la Guerra, se reparten el dolor.
Con una absurda conjura y la religión al mando
por el mundo van sembrando la miseria y el terror.


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