viernes, 8 de noviembre de 2019

L Los tres mosqueteros






Madre hoy he visto a tres hombres
y un mozo que va con ellos,
¡Ay madre, por Dios que bellos!
Y que lindos son sus nombres.
¡Ay madre, no te me asombres
si me ves ilusionada,
que ya estoy enamorada
del jovencito galán
que con pinta de Don Juan
a los tres les acompaña,
es guapo y con mucha maña
y atiende por D´artagnán.

Hija mía, ¿qué me decis?
¿y son de fiar esos hombres?
¡Ay madre, ya se sus nombres
Athos, Porthos y Aramís.
Y pasean por París
siempre al lado de la reina.
Por las orillas del Sena
no los veras de más bellos,
sus cuerpos sueltan destellos
que en el Olimpo quisieran
pagando lo que pidieran
tener dioses tal cual ellos.

¡Ay madre, déjeme "uste"
salir al paseo esta tarde
que ya mi corazón arde
y creo que me enamoré.
Ya en el pecho me grabé
su nombre bordado a fuego
¡Ay madre, que no es un juego!
Hágame usted el favor,
no quiero morir de amor
atienda presta mi ruego.


L Niño





Niño que no nacerás
pongo en tu boca estos versos,
para que sepa esa madre
que también se pierde sueños.

"Si no me tienes mamá
tú también te perderás
en tus pechos mi calor,
no gozarás del olor
de mi carne tierna y pura,
no sabrás de la ternura
ni del verdadero amor".

Ante este escrito solo puedo
derramar llanto a granel.
Se me revuelve la hiel
al ir escuchando al feto.

Nadie pedimos nacer
pero la vida es sagrada,
nadie es quien para romper
una vida ya iniciada.

Nadie puede interrumpir
el milagro de nacer.
Nadie tiene el poder
para en ello decidir.