Llegó por la vereda rosa que trae los amores de mayo, cuando el río se alimentaba del agua de los arroyos de la sierra desbocados. Abril no soltaba sus fríos tenía cerradas sus puertas, ya Mayo tocaba en ellas. Todas las casas del barrio volvieron a ella sus ojos, al verla venir cabalgando sobre el Céfiro enamorado envuelta en sus flotantes vestiduras, derramando a raudales por el valle su hermosura. Cambiaron de color las amapolas escondiendo su rubor entre los trigos. Pálidos enmudecieron los lirios de la charca de la envidia de su talle. Mi corazón en una hipérbole gigantesca se lanzó volando a las alturas, creando una inmensa enredadera donde atrapar su dorada cabellera y soñé, soñé hacerla mía, antes de que la ansiedad, partiera mi pecho en mil pedazos.
¿Dónde estará mi caballo? sí, si, mi caballo bayo el que corre como un rayo, el que me regalo mi ayo por mi santo el mes de mayo, y de nombre puse Rayo. ¿Dónde estará que no lo hallo? hasta encontrarlo no callo, tal vez se cayó en un cayo o quizás lo robó un payo. Vine ahora del serrallo en cuanto me cambie el sayo iré a preguntarle al gallo y que me ayude a buscallo. ¡Pero sepa usted tocayo fuerte lo digo y subrayo, que de esta el corral lo vallo aparezca o no mi Rayo! Desde que perdí mi bayo el consuelo tan solo hallo con un viejo guacamayo que cazó mi fiel lacayo ¡es muy hábil el malayo!. Esto lo hice como ensayo perdonen si hay algún fallo, pero es qué me duele un callo y hace un frío del carallo. ¡Terminé mi fiel vasallo!
sólo llanto y dolor. La noche oscura, las sábanas desiertas, amor herido. Vacío el corazón, lagrimas en el alma. A los recuerdos, se los lleva el tiempo. ¿Pero los sueños? ¿Sabes tú,quien quizás, quien nos roba los sueños?.