miércoles, 20 de septiembre de 2017

y De caminos truncados y falsos amaneceres. Verso libre





Falsos amaneceres. 

¡Ay! Juventud,
robaron tu camino.
¿A dónde vas?

Amanece, despiertan las esquinas
con el sabor agridulce del orín de los borrachos.

Rumor de campanas sordas repicando a glorias vanas
de un futuro ya incierto que a las almas las rebana
quebrando por la mitad de un hachazo a la esperanza.

¿Juventud dorada?
Se comió el dorado la esperanza, que ya no bate sus alas
ante la macabra danza de corazones, que ciegos,
no saben por donde andan.

Buscan refugio los corazones huecos
en los vómitos de madrugada,
perdida la fe, el futuro muere. ¡No queda nada!
Tan solo gusanos, en la boca de los muertos
y un rictus amargo en el alma.

¿Juventud dorada?
Humo, polvo, alcohol, ¡Falsas quimeras!
Una falsa llamarada.
¿Pero? ¡Quién da mas!
¡Quién tiene la llave que abra la puerta de la esperanza?

¿Juventud dorada?
Están vacías las alforjas, ya no alimentan sueños.
Sin lucha, ¡os alcanzó la derrota!
Se vislumbra el futuro muy lejos
y un agrio sabor en la boca.

¿Juventud dorada?
Caminos helados sin huellas van derramando silencios
de promesas oscuras y ciegas, hacia horizontes que pillan tan lejos
que allí... los sueños no llegan.

¿Juventud dorada?
Océanos de sed infinita por vuestras venas cabalgan,
pero murieron las fraguas que forjaban las espuelas
para cabalgadas largas.

¿Juventud dorada?
¡Esto no lo salva ni Dios!
¡Ni Dios, ni nada!


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