jueves, 14 de septiembre de 2017

X p m Quisco.... de ausencias y soledades








Vídeo declamado

Soñamos, vivimos, luchamos, soñamos y volvemos a soñar,
algunas veces amamos, casi siempre, a quien no se deja amar.

Pasamos, vamos pasando por este sendero largo
de miserias y oscuridad, buscando nuestra verdad,
queriendo huir del fango, que nos envuelve, nos estrecha,
 de esa puerta que se cierra, ¡de nuestra propia soledad!

Huimos y seguimos huyendo, luchamos presintiendo
que la lucha está perdida, ¡la muerte gana a la vida! ¡Siempre!

Y nos vamos perdiendo en la oscuridad de nuestros días,
 poco a poco muriendo, sin recibir de la vida ayudas
para luchar con la muerte, que nos persigue, nos acosa
detiene nuestras vidas y destroza.

¡Qué negra nuestra suerte! ¿Qué pecado cometió el ser?
¿Qué delito tan grave, para tener que perecer?
¡Sin lucha! ¿Quién sabe?
Y las sombras inexorables de la muerte nos persiguen,
van extendiendo su sable ¡y recogen... nunca piden!

Y tú te marchaste una mañana fría, vinieron a buscarte sin llamar,
en tempranas horas de tu vida. ¡La muerte... no avisa jamás!
  
No perdona, no respeta, para ella no existen primaveras,
todas las puertas están abiertas. ¡Todas las almas, jóvenes y viejas!
¡Y la tuya, tan joven!¿Por qué? ¿Por qué te tocó marchar,
hiciste algún mal tal vez? ¡Por qué no olvidó este lugar?

¡Quisiera maldecir la muerte y callo, callo para recordarte hermano!
Tan joven, lleno de vida. ¡Quisiera olvidar y maldigo,
a la muerte que no olvida!

A esa muerte que busca ufana lo mas bello de la vida.
¡Esa muerte que rompe, desgarra, miles de ilusiones y tira,
por la borda de un abismo hondo, toda una vida de pasión
que todavía no encontró fondo!

Pero la muerte no tiene corazón, se llevó tu juventud, con ella la mía
y la sombra de tu recuerdo eterno va persiguiendo mis días.

Me sumerjo en un infierno al recordar las huellas vividas
y no sentirte cerca, junto a mí, no escuchar tus risas, no sentir,
tus ansias locas de vivir.

De mi mente quisiera apartar los recuerdos que me duelen,
quisiera poder, por ti luchar contra la muerte.
¡Pero los muertos... no vuelven!

Hasta siempre Quisco hermano, ¡volveremos a encontrarnos!
Mi Iván ya se fue a buscarte y le encargué si te halla,
que de mi parte te de, dos besos y un fuerte abrazo.

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