viernes, 22 de septiembre de 2017

No a la vida sin amor.




Vídeo declamado


Floreados caminos acercan mi horizonte,
a idílicas riveras, de ese mágico río
que remoja mis sueños, esperando que seas,
de mi garganta, voz, el último quejido,
antes de que mis cuerdas, sangren por el dolor
gritando ya sin fuerzas; ¡ven, ven... te necesito!

De amores puros sin ruegos, 
que den brillo a las estrellas,
para esos tengo yo un hueco 
en el joyero del alma,
donde sigue ardiendo el fuego, 
de mis hilarantes venas
que siguen recordando ecos 
de suspiros en la cama.

Flota ya mi corazón
por rayo de amor teñido,
que en las praderas del alma,
va bailando entre suspiros
del amor la eterna danza
que mantiene al sueño vivo.

¡Ay amor, amor, nívea hermosura,
fuente de virginales melodías,
flotando ante mis ojos, clara y pura.
Eres rayo de sol, luz de mis días,
que derramas en mí con tu frescura,
la juvenil locura que enajena,
la inquietud que seduce mis dilemas
al sentir en mi cuerpo la bravura,
¡al hundir sobre mí.. tu carne prieta!

Cuando el amor nos revela,
lo que a dos almas les pasa,
es sol de nieve que abrasa,
y a la vez fuego que hiela.

Acaricia mis sueños el dulzor de tu aliento,
tu melodiosa voz, en mi pecho resuena,
donde mis ojos van, solo tu cara veo.
Esto ha de ser el amor,  mi alma... está de verbena.

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