Tu pluma gran forjadora,
reina en versar del amor,
¡si se tercia, del dolor!
el poeta canta y llora.
Deslumbra tu alma cantora,
al ver con cuanto fervor
pintas letras con frescor,
¡bálsamo para el que implora!
Sigue adelante doctor,
medícanos cada día
con tu mágico vapor.
Llenando el alma vacía
de quién sufriendo de amor
sana con tu poesía.
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