Se perdió ya la hermosura, todo noche, oscurecer,
rocas y áridos escollos, ya de sexo no hay combates,
ya no somos dos cogollos, solo dos viejos petates,
pero llenos de ternura, que mantiene vivo al ser,
mas sin dientes pa´ morder.
Ya no tengo la figura de una imponente mujer,
no me pongo perifollos, tal cual hacen los primates
para simular ser pollos, siendo ya pochos tomates.
Sé bien cual es mi postura, paso ya, de parecer,
lo que ya no puede ser.
Mas nunca se muere el duende, el amor siempre nos ama,
sea cual sea la edad es la ilusión quien mantiene
vivo el corazón y prende eternamente la llama,
aunque ya no quede cama.
La ilusión nunca cesad, no es feliz quien no la tiene,
pues toda su vida tiende a conocer solo grama
y en honor a la verdad esa yerba no conviene
así lindo el nombre suene.
Esta vieja se entretiene
entre sus nietos y versos, con la ilusión siempre puesta
en mágicos universos hasta que pierda la cresta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario