De bellezas y gusanos
A otro no esperan
donde vas solo a ti
pierde la prisa.
Hola yo soy... ¿Quién soy? ¿o qué soy?
¿o no soy? Ayer... ¿era? ¿o tampoco era?
¿qué era?
¿voy? ¿a dónde voy? ¿o no voy?
Me detengo, paro en seco,
soy tan solo un sordo eco, un reflejo en el vacío,
un jardín de rosas negras,
la consecuencia de un sueño que tiene sus alas chuecas.
Fijo la mirada y veo;
Ojos grandes y verdosos, con labios rojos, sensuales,
caras de bellas facciones, cuerpos de grácil silueta
para romper corazones.
Sombras oscuras que vagan cabalgando en las tinieblas,
sombras de sonrisa incierta, sombras que nos amenazan,
pardas sombras que intimidan hasta a las más recias almas.
En noches de luna llena, noches de agónico llanto,
noches de lamento y rayos, en noches de luna espesa,
noches en las que nos rondan, nos persiguen, nos acosan,
nos encuentran y destrozan.
Entonces en esto pienso;
Pero, después de la Muerte, ¡qué misterio! ¡¿qué vendrá?!
Gusanos a roer cuerpos, y no sueñes, ¡nada más!
Cruces en la fría tierra, solo noches y mas noches,
todas con la luna espesa y la Muerte cabalgando
con su pálida sonrisa, colgando sobre los labios.
Y en mis adentros pregunto;
¿Y aquellas lindas siluetas, aquellos gráciles cuerpos,
qué será ahora de ellos, tendidos bajo la tierra?
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