viernes, 22 de septiembre de 2017

Hágase cargo usted del mochuelo. De cuentos de la Gertrudis Maltrato





Yo no sé quien tuvo culpa
de habernos dado un besito,
entró usted muy despacito,
yo desecha como pulpa.
¡Y no sepa esto a disculpa!
Todo fue tan suavecito,
usted se hizo el dormidito,
mientras le comí la boca
y disfruté como loca
que compra en la feria un pito.

 Usted ofreció su boca
yo con gusto la comí,
!pero ay! ¡ay pobre de mí!
Introdujo usted su broca.
Para taladrar mi roca
sin que yo dijera sí,
cuando ya cuenta me di
noté aquel chorro caliente
que me llegó hasta la frente
y gota a gota bebí.

Digo ahora que fue abuso
a pesar de lo gozado,
usted fue un aprovechado
que supo hacer un buen uso.
Tal como usted lo dispuso
fingiéndose enamorado,
para venirse a mi lado
a gozar de mis favores,
con sus fingidos amores
¡y eso señor... es pecado!

Sepa usted, es felonía
engañar a una mujer
con el rollo del querer
y me iré a comisaría.
Al ver que de sacristía
usted no quiere saber
¡sea lo que deba ser!
Con que señor menos rollo,
y cargue usted con el pollo
o entre rejas se ha de ver.

De ahí viene mi preñez,
por confiar en su legado,
sus palabras de letrado
o mi parca estupidez.
Y que sea ahora un juez
quien redima su pecado,
convirtiéndole en casado
con esta pobre mujer
que por dejarse querer
quedóse su vientre hinchado.

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