De soledades
Puse rejas en mi ventana
Mandé acolchar la pared
en esta mi humilde celda,
para no escuchar las quejas
del pobre cuerdo que venga
al manicomio que habito
y quitarme a bien pretenda
la ilusión que necesito
para seguir por la senda,
de este tortuoso camino
que la vida nos ofrenda
y al que llamamos destino.
Mas solo hay viejas quimeras,
¡solo ya gélidas sombras!
Recuerdos de mis huracanados vientos,
espectros de besos que nunca se dieron,
cuerpos vacilantes, helados y yertos,
falsos ecos de suspiros que no fueron,
desnudas caricias de amores inciertos,
sueños tan pesados que al nacer se hundieron
en almas turbias, cuajadas con silencios,
de aquellos que llegaron al mundo muertos.
Solo corazones mustios, secos y ateridos,
faltos de caricias y carentes de suspiros,
esto solo refleja... el empañado cristal
del espejo en que me miro.
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