Cuando arde el amor
Vimos a la luna quedarse fría, bajo aquel cielo gris y espeso
y tumbados, mi amor, sobre la yerba, robaste tú, mi primer beso,
palideciendo de rubor la hiedra y entre azorado y nervioso,
el rocío nos hizo un verso.
¡Ven amor, vente conmigo! a la mágica pradera,
de mi vientre deslumbrante, vergel de sueños, que sueñan
con el pájaro que vuela sobre los Montes de Venus.
con su actitud arrogante por abrazarse al amor
en cuanto caiga la tarde.
Allí donde el sol se puebla, con esos sueños del alma,
que visten rojo de labios, desbordantes de pasión.
Allí donde crece un beso a impulso de los latidos,
de corazones que sueñan, con las mariposas blancas,
que viven dentro del pecho, de los amantes que gimen,
suspirando si están lejos.
Crea con ansia el amor en las almas desvaríos,
anula mentes constantes, anulando los sentidos,
y nos lleva cual navío, por esos mares perdido
sin timón, ni cabestrante.
Arde con fuerza el amor en la cumbre de su gloria,
a fuego graba en las almas, tatuajes sin tintas negras
que no borra la memoria.
Vimos a la luna quedarse fría
bajo aquel cielo gris y espeso,
y tumbados, mi amor, sobre la tierra,
robaste tú, mi primer beso,
palideciendo de rubor la yerba.
Y el rocío nos hizo un verso.
¡Ven amor, vente conmigo!
a la mágica pradera,
de mi vientre deslumbrante,
vergel de sueños, que sueñan
con el pájaro que vuela
sobre los Montes de Venus
con su actitud arrogante
por abrazarse al amor.
Allí donde el sol se puebla
con esos sueños del alma,
que visten rojo de labios
desbordante de pasión.
Allí donde crece un beso
a impulso de los latidos,
de corazones que sueñan
con las mariposas blancas
que viven dentro del pecho
de los amantes que gimen,
suspirando si están lejos.
Crea con ansia el amor
en las almas desvaríos,
anula mentes constantes,
anulando los sentidos,
y nos lleva cual navío,
sin timón, ni cabestrante.
Arde con fuerza el amor
en la cumbre de su gloria,
a fuego graba en las almas,
tatuajes sin tintas negras
que no borra la memoria.
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