Impulsé mis versos hacia el lecho,
no era otro que el motivo de esconderlos
cédulas de antipoetas los buscan para perderlos,
estrangular pretenden lo que en ellos cuento.
¡No interesan al sistema los poetas!
detrás de ellos las utopías se crecen,
invitan a sueños con finales blancos,
acarician las almas de los sentires presos
removiendo en los corazones sentimientos
oreando al viento libertades y pensamientos
¡por eso no pararán hasta terminar con ellos!
Matarán como ya hicieron, de los poetas el sueño,
incendiarán corazones que fluyan versos,
sin poetas ni versos seguirán siendo los dueños.
Veremos morir versos, tiritando sobre el fuego
estáticos y orgullosos, levantando bien el pecho
riéndose del verdugo, pidiendo por él al cielo,
sin derramar una lágrima, ¡nunca lloraron los versos!
ondearán gloriosas las banderas victoriosas,
sin saber que no hay gloria en censurar a los sueños.
Quemando los libros mueren los sueños
y nada es más fácil que olvidarse de los muertos.
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