Me siento como un Quijote,
cuerda de atar, sin remedio,
vigilo por el cogote,
intento buscar el medio,
que encontramos unos pocos,
poder alcanzar los sueños,
reírnos de tantos locos
que en su agonía y locura,
se creen que son los dueños
del Reino de la Cordura.
Soy como el Quijote aquel
que jamás perdió esperanza
y con su brioso corcel
y su buen amigo Panza,
libraba todos los días
las injustas tropelías
de la vida y de su danza
sin importarle una gorda
tener que echar por la borda
una vida de bonanza.
Me ven loca, sin remedio,
quizás no sepan los cuerdos
que yo he encontrado el medio
de vencer a tantos lerdos,
donde veo un desvarío
una injusticia sin par
me lanzo presta a luchar
dispuesta a armar pitote,
que nadie pueda dudar,
que aún existe Don Quijote.
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