miércoles, 30 de agosto de 2017

L De sirenas y amoríos De cuentos de la Gertrudis





¿Qué haces tú  por estos mares?
¿Y qué buscas marinero
sobre las olas y el cuero
de la mar que te apacienta
y con sueños alimenta
tu corazón altanero?

Ya adiviné tu intención,
¡Deja en paz a las sirenas!
A pesar de estar muy buenas
quedará tu deseo huero
pues no tienen agujero
para quitarte las penas.

Haz caso a este consejo,
no sufras por desamor
aunque te cause dolor,
siempre queda la esperanza
que otro te rasque la panza
si lo buscas con ardor.

Y piensa en esta razón,
no sufras si no te llama
el que sueñas en tu cama
porqué si él no te está amando,
¡imaginarlo cagando
a la pasión desinflama!

¡No te quisiera zurrar!
¡Alto amor! ¡Frena ya! ¡Quieto!
¿Por qué extraño vericueto
hasta mí te has acercado?
¿Acaso yo te he llamado?
¡Aléjate que te meto!

¿Qué quieres de mí pendejo?
No me pretendas atar,
¡tan joven, sin disfrutar!
A nadie quiero a mi lado
sin antes haber gozado
de los hombres el folgar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario