Los besos que nunca dimos,
por tener fruncido el ceño,
saldrán un día al camino,
a recordarnos el sueño
que por no darlos perdimos.
El amor es ese pájaro,
que rayo de luz traspasa
si le acaricias con mimo
y dulce savia dorada
que mana de corazones
en almas enamoradas.
Ya mis ojos se llenaron
de silencios y distancias
por culpa de aquellos besos,
que no encontraron camino
ni un eco de resonancia.
Vivo misera existencia
por aquel orgullo vano,
del humano mala yerba,
que te alejó de mi lado,
matándome con la ausencia
de mi más preciada prenda.
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