Abrieron a la luz sus ojos,
a un mundo para ellos nuevo,
un rayo de luna abrió los cerrojos,
un brillo de amor en la cara
dibujó un azul universo
pintando un camino sin abrojos
que lleva a un cielo de besos.
Un aura de pura luz
con alas de mariposa
les va creciendo en el pecho,
duendes vestidos de rosa
vienen a ofrecer la llave
que abre la puerta hermosa
donde vive y se forja el sueño.
Despiertan al día
en su albor primero,
las sábanas les saben frías,
les hurgan mariposas en el vientre,
les guiña un ojo el lucero,
¡sabe que mueren por verse!
El amor no les cabe en el pecho,
felices son frente a frente,
así entienden el quererse,
aún queda bastante lejos
la dulce sombra del lecho.
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