Nostalgia de añoranza, hueca ya y sollozante,
mi alma vieja ¡perdida! vacía, sin frescura,
y tú, llama de luz, feliz antorcha errante,
trajiste savia nueva, fresca y viva ternura.
Vio luz mi corazón, ¡bello, mágico instante!
de golpe vi perder, de mi alma la cordura,
escapó en mí un gemido, un suspiro anhelante,
al notar en mis ojos, un brillo de locura.
Abriendo en mí de nuevo, del corazón la puerta,
llenaste de luz mi alma, que ya daba por muerta,
hiciste de mi otoño, la fresca primavera.
Tú guardabas la llave, de abrir la cerradura,
de hollín ennegrecida, en mi cancela oscura,
y hoy rosa de los besos, de boca tempranera.
No rindas la bandera,
siempre llega el amor, tu alma no cierre verjas,
pues nunca repara él ni en jóvenes ni en viejas..
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