Amores de madrugada 2
Lloraba en su silencio el viejo sueño
que solo conocía su almohada
y el beso que escondido agonizaba
sollozando tirado en el rincón.
Lágrimas inundaban el gris velo
de la neblina oscura de sus ojos,
del amor solo quedan los rastrojos
si se muere de golpe la pasión.
Son humo los amores, fatuos fuegos,
que se cazan al vuelo en madrugadas,
suelen quedar las almas magulladas,
por las falsas quimeras de ilusión.
Cazadores de amores como reto,
siembran largas estelas de cenizas
y en ellas quedarán rotos a trizas
pedazos del más duro corazón.
Me perdonó el amor
Hice al amor discursos, poco sabios
le ultrajé en el honor y su pureza
mas él, siempre insensible a mi bajeza
me supo comprender y perdonar.
Sin rencor hacia mí tomó mis brazos
y me besó con fuerza en toa´ la boca,
olvidó las ofensas de esta loca
y me enseñó de nuevo el verbo amar.

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