martes, 29 de agosto de 2017

Siempre hay un recuerdo al acecho.




La dulzura de los sueños
le recordaba en la noche
aquel tiempo en que gozaba
la ternura de los besos.

Guardaba en su corazón
la nostalgia de un te quiero
en el tiempo evaporado,
desterrado del amor.

Solo las noches heladas
forman parte de su vida
y sueña tan solo sueña
no llegue la madrugada.

Hay estaciones del tiempo
que las recorre el olvido
y  en el camino tirado
queda un sentimiento huero.

Otras no tienen salida
solo vueltas y más vueltas
y en su túnel allá al fondo
no se ve, la luz que brilla.

Somos almas en deriva,
por estaciones sin rumbo
vaga aquel adiós perdido
que desolado nos grita.

Siempre hay un viejo recuerdo,
en la penumbra del alma
con el hacha siempre a mano
para cortarnos los sueños..

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