martes, 29 de agosto de 2017

Sin boda, ni pal´ almuerzo, Maltrato Y cuentos de la Gertrudis




Hallábase allí el adlátere
oculto en el abrotano
convertido en adefesio
de abigarradas albarcas,
cual al verse en descubierta
y luciendo agrestes modos
como agolámico activo
lanzóse sobre la moza,
que brillantósa y untánte
cual salida de una alcuza,
escurrióse de sus garras.

Defendióse como pudo
sin entender tal enjundia
ni esa actitud de babieca,
y escuchaba borborígmos
producto de la ajumada,
comprendiendo que sin ella
nunca hubiese osado a tanto,
¡mas no debo consentir,
no soy yo una barragana,
venderé cara la lana!
¡"se la oyó como gritaba"!

De un manotazo tirólo
de morros contra el chiquero,
¡"estás muy mal del caletre
de mí no tendrás grimpolas,
antes te hundiré la cresta
a golpes de mi cachaba"!
Hay testigo que asegura
que la oyó soltar un cuesco.
¡"No te soplaras el himen
sin comerte el himeneo"!
Tenia las ideas claras.

¡Sin boda ni pal´ almuerzo!

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