De la serie cuentos de la Gertrudis
De novios y casorios
Fue por el setenta y ocho
recuerdo que tuve un novio
que era para mí un agobio,
yo le llamaba el Pinocho
por ser truhan y embustero,
el cabrón filibustero
me hartaba de "calimocho"
y de mí se aprovechaba
mas yo no le abandonaba
¡qué bien me comía el ch... !
Y tuve otro, un tal Angulo,
majo, guapo y bien fornido
quizás un poco creído,
¡pecaba de ser muy chulo!
Tuve que dejarle presta
¡le gustaba la otra cesta!
Él siempre con disimulo
me hacía ponerme a gatas
me abría muy bien las patas
y me daba por el cu...
Y luego ya Federico,
feo con cara de orto,
de pijo bastante corto
y tonto como borrico.
Con este ya me casé,
se preguntarán por qué
siendo el hombre como un mico,
no tardé mucho en pensarlo,
¿y creen que iba a dejarlo?
¡Tonto y feo, pero rico!
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