viernes, 30 de noviembre de 2018

Soneto para para una amiga








De señoras, con ángeles y damas,
veo que hiciste aquí, muy gran soneto,
perfecto, buenas rimas, bien completo,
haces crecer en él, pasión y flamas.

Gran dominio del arte y de sus tramas,
sigues las reglas en cada cuarteto,
en el segundo dejas bien sujeto
ese tema que en él muy bien proclamas.

En el primer terceto se vislumbra
que ya se acerca pronto el desenlace,
que tu versar muy bien, eso me alumbra.

Leer algo tan bello me complace,
este tu buen hacer a mi alma encumbra.
Tu pluma sabe bien lo que se hace...

Tu pluma siempre trace
los sentires del alma tal cual salen,
que versos sin sentir, de nada valen...

-0-
Que suerte poder contar
con poetas como tú,
saben a tiramisú
tus letras y buen rimar.
Eres digna de admirar
con tu versar tan sutil,
son tus versos el buril
que hasta las almas penetra.
Es tan hermosa tu letra
como la lluvia en abril.


miércoles, 28 de noviembre de 2018

La Alemana Romance







La Alemana 

Oigo susurrar al viento golpeando mi persiana
mientras va sembrando nombres sobre los pies de mi cama,
nombres que ya se fundieron bajo las sombras tan largas
que vigilan a los sueños que perdieron la esperanza.

Cuántos nombres conocidos veo sobre mi almohada,
padres, vecinos y amigos que figuran ya entre malvas,
y un recuerdo entre las brumas de aquella mujer tan alta.

Todos los niños del barrio se reían de su facha,
de aquel su andar tan torcido de figura desgarbada.
Ella seguía su paso con un rictus en la cara,
reflejando la tristeza de una juventud amarga,
recordando que de niña ella también se burlaba
de la gente que a su vez parecían gentes raras.

Pero infundía respeto a su paso por la plaza.
Los más viejos del lugar aun recuerdan su llegada,
fue por el cuarenta y seis, tras una guerra muy larga.
Uno de los viejos dice; ¡Cuando vino era muy guapa!
Muy alta de pelo rubio, pero triste la mirada.
En el pueblo comenzaron, a llamarle “La Alemana!

Y las comadres tuvieron razones para sus charlas,
preguntándose entre ellas; ¿Quién será esta descocada?
Nunca se la vio con nadie, siempre sola en su veranda
mirando pasar los niños que la tomaban a guasa
y por sus ojos azules dos lágrimas escapaban,
recordando aquellos campos donde anduvo de guardiana.

A su mente acuden rostros de aquellas almas tempranas
que no sabían de muertes tras las lluvias de agua clara,
esas aguas que robaron a los niños su mañana,
en alguna ducha fría que con los sueños acaba.

¡Y os lo juro! ¡Yo lo vi! ¡Dios mío, cuánto lloraba
asomada al alfeizar! ¡Lloraba hasta la ventana!
¡También el pueblo lloró, cuando murió la alemana!

Yo también mucho lloré pensando en la vida mala,
esa que a veces obliga a estar en una enramada,
sin que puedas decidir que puedes hacer mañana,
si otros deciden por ti que serás lobo en manada.

Hoy han pasado los años y lloro por La Alemana,
aquella pobre mujer obligada a ser guardiana
de campos donde los niños en alguna madrugada
vieron morir a los sueños... detrás de una ducha helada.




Oigo susurrar al viento
golpeando mi persiana
mientras va sembrando nombres
sobre los pies de mi cama,
nombres que ya se fundieron
bajo las sombras tan largas
que vigilan a los sueños 
que perdieron la esperanza.

Cuántos nombres conocidos
veo sobre mi almohada,
padres, vecinos y amigos
que figuran ya entre malvas,
y un recuerdo entre las brumas
de aquella mujer tan alta.

Todos los niños del barrio
se reían de su facha,
de aquel su andar tan torcido
de figura desgarbada.
Ella seguía su paso
con un rictus en la cara,
reflejando la tristeza
de una juventud amarga,
recordando que de niña
ella también se burlaba
de la gente que a su vez
parecían gentes raras.

Pero infundía respeto
a su paso por la plaza.
Los más viejos del lugar
aun recuerdan su llegada,
fue por el cuarenta y seis
tras una guerra muy larga.
Uno de los viejos dice;
¡Cuando vino era muy guapa!
Muy alta de pelo rubio
pero triste la mirada.
En el pueblo comenzaron
a llamarle “La Alemana!

Y las comadres tuvieron
razones para sus charlas,
preguntándose entre ellas;
¿Quién será esta descocada?
Nunca se la vio con nadie,
siempre sola en su veranda
mirando pasar los niños
que la tomaban a guasa
y por sus ojos azules
dos lágrimas escapaban
recordando aquellos campos
donde anduvo de guardiana.

A su mente acuden rostros
de aquellas almas tempranas
que no sabían de muertes
tras las lluvias de agua clara,
esas aguas que robaron
a los niños su mañana
en alguna ducha fría
que con los sueños acaba.

¡Y os lo juro! ¡Yo lo vi!
¡Dios mío, cuánto lloraba
asomada al alfeizar!
¡Lloraba hasta la ventana!
¡También el pueblo lloró,
cuando murió la alemana!

Yo también mucho lloré
pensando en la vida mala,
esa que a veces obliga
a estar en una enramada
sin que puedas decidir
que puedes hacer mañana,
si otros deciden por ti
que serás lobo en manada.

Hoy han pasado los años
y lloro por La Alemana,
aquella pobre mujer
obligada a ser guardiana
de campos donde los niños
en alguna madrugada
vieron morir a los sueños
detrás de una ducha helada...


viernes, 23 de noviembre de 2018

p W M ¡Si te pilla la vida! Soneto






Nos machaca la vida cual martillo,
golpea duramente los riñones,
con ella poco valen algodones
si afila ante nosotros su cuchillo.

Y nunca para el pobre tiene brillo,
le pone en su vereda tropezones,
se olvida en navidad de sus turrones
y pasa por su espalda como un trillo.

Vive soñando el pobre que algún día
alguien le dé la vuelta a la tortilla
y llegue hasta su puerta la alegría.

Mas la vida lo pasa por la quilla
destrozando los sueños en que fía
sin dejar que levante la barbilla.

¡Si la vida te pilla
y se lanza a por ti con su fiereza,
no dejará que saques la cabeza!

viernes, 16 de noviembre de 2018

Romance mal hecho







Romance mal hecho
.
En ya mi agónico trance
hoy me propuse el hacer,
un romance muy mal hecho
con versos sin flor ni miel,
sin el respeto a las rimas
que el romance ha de tener,
así que opine cualquiera
que romance no ha de ser,
pero ya tan solo busco
aliviar mi padecer
contando al viento las penas
que amargan mi atardecer.
.
Siempre que me siento sola
me entran ganas de leer,
y pensar al mismo tiempo
en las cosas del ayer,
en todas aquellas cosas
que olvidé en el neceser
donde se mueren los sueños
que no pudieron crecer.
.
Me levanto en las mañanas
de mis noches mal dormidas,
sin saber, ¡por Dios! ¿Quien soy?
La del espejo me mira
diciéndome que soy yo,
pero le digo; ¡es mentira,
en esos ojos no hay luz!
¡Esa mirada no es mía!
.
A mi mente se revienen
versos del poeta aquel
que cantó a las golondrinas
de universos de papel
y por creer sus palabras
eché mi vida a perder.
.
Bécquer siempre me decía;
Volverán las golondrinas.
¿A quién quería engañar?
Cuando en sus versos me dijo;
“Las golondrinas mujer
por siempre vuelven al nido
aquel que las vio nacer”
y un recuerdo me atosiga,
mas ya no puedo otra vez
gozar de los viejos tiempos
que disfruté en la niñez
y hoy tan solo son recuerdos
que me oscurecen el ser.
.
Mis golondrinas no vuelven,
como Bécquer prometía
a su nido año tras año.
¿Acaso Bécquer mentía
por mitigar mi dolor?
¡Nunca le debí leer!
¡Ay, madre, que desengaño,
por confiarme tanto en él!
.
¡Ay, si pudieran volver,
los sueños que tuve antaño
cabalgando por mi piel!
Cuando el brillo de mis ojos
daba su luz al clavel
sin temor a desengaños
ni a “te quieros” de oropel.
.
Hasta en mi silla las ruedas
se niegan a caminar,
¿Y para qué? Me preguntan,
¡si no sabes donde vas!
Tiempo ha perdiste el norte,
hasta perdiste el hablar,
por eso ni gritar puedes
ni fuerzas te quedan ya.
Y no lo intentes por señas
que ellas tampoco ya están,
tus golondrinas se fueron
por tu afición al pedal.
.
Por eso no volverán
las golondrinas del poeta,
¡no te pueden escuchar!
Y las tuyas se perdieron,
ya se quedaron atrás,
anidaron en la curva
que llegó sin avisar.
.
Y tengo yo de Sevilla
como un recuerdo muy vago,
pues un día muy aciago
me partí la cabecilla.
Quedé empotrada en la silla
por culpa de un accidente
y aún tengo bien presente
a aquel Virgen del Rocío,
hospital de gran tronío
donde salvaron mi vida
que ya la daban perdida
mis hijos y mi marío.
.
León, Quiroga y Quintero
y un vaso de manzanilla,
¡Ay, por Dios, ¡qué maravilla!
cuanta copla, arte y salero.
Sevilla en el mundo entero
ya saben de tu alegría,
allí me jugué la vía
por un golpe traicionero
y me salvó el gran esmero
de tu gente y su valía.
.

Romance mal hecho

En ya mi agónico trance hoy me propuse el hacer,
un romance muy mal hecho con versos sin flor ni miel,
sin el respeto a las rimas que el romance ha de tener,
así que opine cualquiera que romance no ha de ser,
pero ya tan solo busco aliviar mi padecer
contando al viento las penas que amargan mi atardecer.

Siempre que me siento sola me entran ganas de leer,
y pensar al mismo tiempo en las cosas del ayer,
en todas aquellas cosas que olvidé en el neceser
donde se mueren los sueños que no pudieron crecer.

Me levanto en las mañanas de mis noches mal dormidas,
sin saber, ¡por Dios! ¿Quien soy? La del espejo me mira
diciéndome que soy yo, pero le digo; ¡es mentira,
en esos ojos no hay luz! ¡Esa mirada no es mía!

A mi mente se revienen versos del poeta aquel
que cantó a las golondrinas de universos de papel
y por creer sus palabras eché mi vida a perder.

Bécquer siempre me decía; Volverán las golondrinas.
¿A quién quería engañar? Cuando en sus versos me dijo;
“Las golondrinas mujer por siempre vuelven al nido
aquel que las vio nacer” y un recuerdo me atosiga,
mas ya no puedo otra vez gozar de los viejos tiempos
que disfruté en la niñez y hoy tan solo son recuerdos
que me oscurecen el ser.

Mis golondrinas no vuelven, como Bécquer prometía
a su nido año tras año. ¿Acaso Bécquer mentía
por mitigar mi dolor? ¡Nunca le debí leer!
¡Ay, madre, que desengaño, por confiarme tanto en él!

¡Ay, si pudieran volver, los sueños que tuve antaño
cabalgando por mi piel! Cuando el brillo de mis ojos
daba su luz al clavel sin temor a desengaños
ni a “te quieros” de oropel.

Hasta en mi silla las ruedas se niegan a caminar,
¿Y para qué? Me preguntan, ¡si no sabes donde vas!
Tiempo ha perdiste el norte, hasta perdiste el hablar,
por eso ni gritar puedes ni fuerzas te quedan ya.
Y no lo intentes por señas que ellas tampoco ya están,
tus golondrinas se fueron por tu afición al pedal.

Por eso no volverán las golondrinas del poeta,
¡no te pueden escuchar! Y las tuyas se perdieron,
ya se quedaron atrás, anidaron en la curva
que llegó sin avisar.

Y tengo yo de Sevilla como un recuerdo muy vago,
pues un día muy aciago me partí la cabecilla.
Quedé empotrada en la silla por culpa de un accidente
y aún tengo bien presente a aquel Virgen del Rocío,
hospital de gran tronío donde salvaron mi vida
que ya la daban perdida mis hijos y mi marío...

León, Quiroga y Quintero y un vaso de manzanilla,
¡Ay, por Dios, ¡qué maravilla! cuánta copla, arte y salero.
Sevilla en el mundo entero ya saben de tu alegría,
allí me jugué la vía por un golpe traicionero
y me salvó el gran esmero de tu gente y su valía.

Carta para una madre.





Carta para una madre

Madre,
si al despertarte mañana, vieses mi cama vacía,
no llores madre, me fui,, me fui a buscarme la vida.

Madre,
reza a Dios que no se hunda esa barca en la que voy,
si me lleva hasta un buen puerto, pronto volveré a tu lado
y traeré en la mochila, madre para ti un regalo
por ese gran sueño madre que padre y tú me habéis dado.

"Que luche para ser libre, que la tierra no es de nadie,
todos tenemos derecho a intentar matar el hambre".
Estas hermosas palabras me las enseñó mi padre
y tú me supiste dar el amor de buena madre.

Madre,
dile al viento que se calme y no enfurezca las olas
pide a tu Dios que los mares protejan a tu zagal
y volveré madre mía cualquier año en navidad
para traerte un regalo como premio a tu bondad.

Diademas para tu frente, pulseras para tus brazos
y un beso para ese vientre que supo hacer de mi un hombre
que no le teme al morir buscando un nuevo horizonte.

Madre rézale a tu Dios pídele que me proteja,
madre, díselo bien alto, pídele que por favor,
¡Cuide bien de tu muchacho!.

Es el drama que no cesa y nadie pone remedios,
nadie quiere poner medios esto a nadie le interesa.
Y se queda el alma presa de un infinito dolor
al escuchar el clamor, de tantas voces que gritan
que ellos también necesitan del mundo un poco de amor.

¡Cuántas almas guarda el mar! ¡Cuántos sueños sucumbieron!
¡Cuántas vidas se perdieron buscando un trozo de pan!
¿Por qué los hombres hicieron fronteras para medrar?
Si la tierra no es de nadie, la tierra le pertenece
a toda la humanidad. Mas esto solo lo vemos
al llegar la navidad.

---------------

Madre,
si al despertarte mañana,
vieses mi cama vacía,
no llores madre, me fui,
me fui a buscarme la vida.

Madre,
reza a Dios que no se hunda
esa barca en la que voy,
si me lleva hasta un buen puerto
pronto volveré a tu lado
y traeré en la mochila
madre para ti un regalo
por ese gran sueño madre
que padre y tú me habéis dado.

"Que luche para ser libre,
que la tierra no es de nadie,
todos tenemos derecho
a intentar matar el hambre".
Estas hermosas palabras
me las enseñó mi padre
y tú me supiste dar
el amor de buena madre.

Madre,
dile al viento que se calme
y no enfurezca las olas
pide a tu Dios que los mares
protejan a tu zagal
y volveré madre mía
cualquier año en navidad
para traerte un regalo
como premio a tu bondad.

Diademas para tu frente,
pulseras para tus brazos
y un beso para ese vientre
que supo hacer de mi un hombre
que no le teme al morir
buscando un nuevo horizonte.

Madre rézale a tu Dios
pídele que me proteja,
madre, díselo bien alto,
pídele que por favor,
¡Cuide bien de tu muchacho!.

-0-

Es el drama que no cesa
y nadie pone remedios,
nadie quiere poner medios
esto a nadie le interesa.
Y se queda el alma presa
de un infinito dolor
al escuchar el clamor,
de tantas voces que gritan
que ellos también necesitan
del mundo un poco de amor.

¡Cuántas almas guarda el mar!
¡Cuántos sueños sucumbieron!
¡Cuántas vidas se perdieron
buscando un trozo de pan!
¿Por qué los hombres hicieron
fronteras para medrar?
Si la tierra no es de nadie
la tierra le pertenece
a toda la humanidad.

Mas esto solo lo vemos
al llegar la navidad.




Al primero que clavó
en un terreno una estaca;
diciendo; ¡Esta tierra es mía!
Se la hubieran de haber roto
a golpes en su espaldar.
Esta estrofa 

es de unas palabras de Rousseau.


La izquierda solo la crea
la derecha con sus mañas,
¡si eres pobre, pues te apañas!;
Dicen con su verborrea.
Y es hora que el mundo vea
que quienes dirigen todo
solo buscan su acomodo.
En Chile como en España
el poder siempre se apaña
que viva el pobre en el lodo.

No habrá ningún Victor Jara
ni otros muchos como él
que acaben con el poder
si no es a golpe de vara.
La cosa la tengo clara
la religión es quien manda
y siempre es la misma panda
quien dirige el mundo entero,
y echan siempre al agujero
a quien ven que se desmanda.

Era una mañana gris, como aquellas que parecen abrazar el dolor del mundo en su neblina. En un pequeño pueblo, una madre despertaba entre las sombras de su hogar. Con el corazón pesado, miró hacia la cama de su hijo. Vacía. La tristeza se apoderó de ella sin aviso, como un ladrón silencioso que roba esperanzas y sueños. La noche anterior, él le había susurrado palabras que latían como un eco en su corazón.

"Madre, si al despertarte mañana, vieses mi cama vacía, no llores, me fui... me fui a buscarme la vida." Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, pero su espíritu, herido pero fuerte, le susurró que debía dejarlo ir. Sabía que su hijo había cargado un anhelo en el pecho que no podía contener. La vida, a veces despiadada y a menudo cruel, lo había empujado hacia un destino incierto.

Mientras la madre luchaba contra el viento de su pena, pensamientos de su esposo, que había partido años atrás, le envolvían. Él también había hablado de esa búsqueda, de la libertad y de un futuro. "Que luche para ser libre," solía decirle. Aquel día, las palabras que su hijo había tomado prestadas resonaban como un lamento. Era casi como si las olas, en tumulto, expresaran la desesperación de las almas que buscaban cruzar las fronteras de lo conocido, aún a riesgo de su propia vida.

Aferrándose a la fe que le habían inculcado, la madre decidió bramar al cielo. "Madre, reza a Dios que no se hunda esa barca en la que voy”, había dicho su hijo, mientras ella, con el corazón en un puño, sabía que la travesía de muchos no terminaba en un buen puerto. Se preguntaba cuántas veces las esperanzas habían naufragado en esas aguas traicioneras. ¿Cuántas almas, cargadas de sueños, se habían perdido en el intento?

Las horas pasaron, y la angustia la mantenía cautiva en su propio hogar. Fue entonces cuando recordó el regalo que su hijo prometió traernos. "Pronto volveré a tu lado y traeré en la mochila," decía el poema que se repetía en su mente. Sin embargo, las palabras sólo calmaron su dolor por un momento. La realidad era dura: el miedo al qué podría pasar, el eco de las voces que reclamaban un mundo justo.

Mientras las primeras luces del amanecer penetraban a través de la ventana, pudo ver la paz en su rostro, en su ausencia. Era una paz trágica. Ella, que había soñado con un futuro brillante para él, ahora se enfrentaba a su más profundo temor: la posibilidad de que ese regreso nunca ocurriera.

La madre sintió un nudo en el estómago ante la amplía consideración del desamparo que la rodeaba. No solo su hijo, sino tantos otros buscaban aquel trozo de pan, aquel sueño que les había sido negado. Las fronteras, esas líneas en el suelo que dividían la humanidad, jamás habían tenido sentido para ella. En ese instante, el mundo se convirtió en un mar de dudas y promesas vacías.

"¡Cuántas almas guarda el mar!" murmuró. Y su voz, aunque temblorosa, reclamaba un sentido de justicia, una lucha que no sólo era de su hijo, sino de todos aquellos que se aventuraban a desafiar lo imposible. La navidad, que alguna vez había sido sinónimo de esperanza, ahora se convertía en un recordatorio sombrío de los que se habían perdido en el camino.

Y así, con el corazón dividido entre la tristeza y la esperanza, la madre se sentó en la orilla de sus pensamientos, aguardando con ansias un eco en el viento que le dijese que su hijo estaba bien, que su espíritu viajaba libre, buscando la vida, incluso si eso significaba navegar por aguas inciertas.

En la quietud de su dolor, entendió que su amor nunca lo abandonaría, porque ese amor es la fuerza que puede, a pesar de todo, romper cualquier frontera, uniendo las almas que la vida a menudo quiebra. Al final, todo lo que quedaba era la espera: la espera de que un día, su hijo regresara con un regalo que jamás podría comprarse, el regalo de la esperanza renovada.

martes, 13 de noviembre de 2018

M De portales y letras o de pitufos y chinos Sátira





Me preguntas Pitufina,
que si se pueden mezclar
las rimas al versear
y quede la cosa fina.
Tanto aquí como en la China
de todo se puede hacer,
lo importante es el saber
el mezclar los ingredientes,
pa´ no rechinar los dientes
al proceder su lectura,
pero hay mucho que postura
y versea sin tener fuentes.

Siguiendo orden Pitufa
pués pitufar lo que quieras,
pero ha de verse de veras
que no vas a la rebufa.
Mucho pitufo pitufa
sin orden y sin concierto
y eso es un gran desacierto
ya que ofende hasta la vista.
No hay oreja que resista
semejante desconcierto.

Si las juntas con cariño
cumplirás con tu misión,
pon en ellas corazón
y tu luz de alma de niño.
El dar a la luna un guiño
también es de ser poeta,
pero yo busco la meta
del poeta que se implica
y con sus letras explica
que al pobre... se le respeta.

Lo que sigue dijo el chino
que aquí vino de visita,
-Mile usted mi señolita
y no quielo sel cansino.
Mas le digo lo que opino
de algunas cosas que vi,
a aplendel vine yo aquí
pelo he visto algunas cosas
que quedan bastante sosas
o me lo palece a mí.

Pol vel, ya mucho yo he visto
aunque algunos no me clean,
aquí pol donde pasean
vates que se dan buen pisto.
Sin contal.lo no lesisto
no me tomen pol soez,
más vi limal una nuez
con Gómez el apellido,
me quedé tan deplimido
como sin agua esta el pez.

De que me silve estudial,
si después nada complendo,
en veldad que no lo entiendo,
qué se pueda así limal.
O eso es de algún calcamal
que no sabe pol donde anda,
¡si es así, menuda panda!
Otlo lugal buscalé
polque aquí no aplendelé
a velseal como Dios manda.

Todos gustan de soñal
de que son buenos pitufos
pelo montan unos pufos
que dan ganas de llolal.
Fácil es de imaginal
que pitufan como bul.los
son pitufos muy cazul.los
y sin ganas de aplendel
de quien demuestla sabel
sin il pitufando chul.los.

Unos a plosas mal hechas
veo que llaman poemas,
¡pol Dios que menudas gemas,
quedan las letlas maltlechas!
Me palece que estos pelchas
en pitufal no son duchos,
aunque si que he visto a muchos
que demuestlan ya sabel
y otlos coltan pol doquiel
usando mal los sel.luchos.

Y algunos hay de copial
los velsos que otlos hicielon,
muchos ni cuenta se dielon
pues son de poco estudial.
Pelo es de sel poco folmal
pletendel tenel honoles
copiando de otlos sus floles.
Pala plocedel así
se tié que sel muy mandlil
o tenel pocos bemoles.

Allí con Sol Isabel,
segulo que aplendelé
aquí el tiempo peldelé
pues no hay mucho que aplendel.
Mucha gaita y cascabel
pelo de letlas muy poco,
muchos que se hacen el loco
pol lo de no discutil,
pelo hay algún zascandil
al que le patina el coco.

Así me lo contó él,
ayel que estuvo conmigo
ese chino que es amigo
de Leile y Mali Isabel.
Y es muy majo ese doncel
velgüenza siento hoy,
por sel tal como yo soy,
que el chino es muy buen zagal
y yo lo quise capal.
Muy alepentida estoy.

Perdonen el desatino,
de tanto escucharlo ayer
ya me he llegado a creer
que yo también hablo chino.
Nadie se ponga mohíno
pues esto es tan solo humor,
nadie coja resquemor
ni se de por aludido,
nadie se sienta ofendido
os lo ruego, por favor.

Esto son cosas del chino,
aquel chinito tan fiel
que era amigo de Isabel
y que se ha vuelto muy fino.
Que ya domina el cansino
el arte del buen versear
y a veces cree dudar
de estar en lugar exacto
pa´ poder llevar a facto
el arte del buen rimar.

Por decir lo que se piensa
nadie se debe ofender,
eso solo es proceder 
de gente con mente densa.
Solo la gente muy mensa
se ofenderá ante un escrito,
quien no lo vea bonito
con no leer, suficiente
y dejemos que la gente
siga tras su propio rito.

domingo, 11 de noviembre de 2018

El Maki Romance A Federico











vídeos canción

Hay un gran peso en su alma
y una mirada perdida
fijada en el horizonte,
mas no sabe donde mira.
Le pesan mucho los años
de tantas cosas vividas
que muerden como lagartos
en sus ajadas costillas.

Al terminar la contienda
su padre echó cuesta arriba,
en busca de las montañas
para resguardar su vida,
¡cuántos llantos de su madre
mirando hacia las colinas!

En la escuela con crueldad;
¡Hijo de maqui decían;
como Maki quedarás
por el resto de tus días!

En las noches de verano
el Maki a sus nietos cuenta
las cosas de su niñez,
que con delirio recuerda,
mientras araña su mente
aquella ausencia paterna
y aquel hogar destrozado
por una maldita guerra.

Les dice que siendo niño
nunca supo con certeza,
el cuándo trocó su abuelo
la sonrisa por la pena.

Aquella voz temblorosa
antaño una voz muy recia,
entre susurros le hablaba
de aquel su amigo de letras,
aquel que una noche fría
le mancharon la chaqueta
con cinco rosas de fuego,
en aquella noche negra
en el olivar del miedo,
aquella noche nochera
que tronaron en los cielos
repiques de castañuelas
y los gitanos pintaron
de rojo las azucenas.

Dice que nunca gustó
el tener que ir a la escuela
que prefería quedarse
con su abuelo en la placeta.
Dice el Maki que admiraba
las manos grandes y prietas
del abuelo en la garrota,
manos de sangrientas venas
que sabían del esparto
y de hielos en la vega.

-Abuelo háblame otra vez
de esos años de tristeza,
¿por qué mi padre marchó
para esconderse en la sierra?
¿Y sí es verdad abuelito
que conociste al poeta?
¡Dime abuelo por favor
y cuéntame cómo eran!-

Los lagrimones brotaban
por los arcos de sus cejas.

«El uno era el mejor lirio
que tuvo nunca la vega,
hermoso palomo blanco
con alma de Magdalena,
era ese fresco rocío
que de paz el alma anega.

El otro era ese buen hijo
que todo padre quisiera
y a tiros cayó abatido
allí en aquella arboleda,
el mismo día Antoñico
en que se murió tu abuela,
bajó para despedirla,
pero acechaba la Negra...

Y Federico un agosto
se marchó por la vereda,
esa que lleva las almas
a gozar la vida eterna,
una mañana de truenos
que soplaban en la vega,
los remolinos del viento
de fieras con capas negras».

Las lágrimas del abuelo
llenaban toda la alberca...

Y siempre acaba llorando
el Maki, cuando lo cuenta...
--------------------------------------------
(intro)
Hay un gran peso en su alma
y una mirada perdida
fijada en el horizonte,
mas no sabe donde mira.
...
Le pesan mucho los años
de tantas cosas vividas
que muerden como lagartos
en sus ajadas costillas.
...
(verso1)
Al terminar la contienda
su padre echó cuesta arriba,
en busca de las montañas
para resguardar su vida.
...
¡Cuántos llantos de su madre
mirando hacia las colinas!
...
(estribillo)
En la escuela con crueldad;
¡Hijo de maqui decían;
como Maki quedarás
por el resto de tus días!
...
(coros)
En las noches de verano
el Maki a sus nietos cuenta
las cosas de su niñez,
que con delirio recuerda.
...
Mientras araña su mente
aquella ausencia paterna
y aquel hogar destrozado
por una maldita guerra.
...
Les dice que siendo niño
nunca supo con certeza,
el cuándo trocó su abuelo
la sonrisa por la pena.
...
(verso 2)
Aquella voz temblorosa
antaño una voz muy recia,
entre susurros le hablaba
de aquel su amigo de letras.
...
Aquel que una noche fría
le mancharon la chaqueta,
con cinco rosas de fuego,
en aquella noche negra
en el olivar del miedo.
...
(outro)
Aquella noche nochera
que tronaron en los cielos
repiques de castañuelas
y los gitanos pintaron
de rojo las azucenas.
......................................


2ª parte

(intro)
Dice el Maki, con voz ronca,
que a él nunca le gustó
tener que ir a la escuela,
que prefería quedarse,
con su abuelo en la placeta.
...
Dice el Maki que admiraba
las manos grandes y prietas
del abuelo en la garrota,
manos de sangrientas venas
que sabían del esparto
y de hielos en la vega.
...
(coros)
-Abuelo háblame otra vez
de esos años de tristeza,
¿por qué mi padre marchó
para esconderse en la sierra?
...
¿Y sí es verdad abuelito
que conociste al poeta?
¡Dime abuelo por favor
y cuéntame cómo eran!
...
(verso1)
Los lagrimones brotaban
por los arcos de sus cejas.
.
«Uno era el mejor lirio
que tuvo nunca la vega,
hermoso palomo blanco
con alma de Magdalena,
era ese fresco rocío
que de paz el alma anega.
...
(verso2)
El otro era ese buen hijo
que todo padre quisiera
y a tiros cayó abatido
allí en aquella arboleda,
el mismo día Antoñico
en que se murió tu abuela.
...
Bajó para despedirla,
pero acechaba la Negra...
...
(puente)
Y Federico un agosto
se marchó por la vereda,
esa que lleva las almas
a gozar la vida eterna.
...
Una mañana de truenos
que soplaban en la vega,
los remolinos del viento
de lobos con capas negras».
...
(outro)
Las lágrimas del abuelo
llenaban toda la alberca...
...
Y siempre acaba llorando
el Maki, cuando lo cuenta...