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domingo, 7 de agosto de 2022

Emigrante







  • vídeo canción

  •  Emigrante

  • Emigrante,
  • que deja su tierra atrás,
  • que deja su hogar y amigos,
  • que deja todo lo que ama,
  • por el sueño y la esperanza
  • que le ofrece un nuevo abrigo.

  • Emigrante,
  • no sabe lo que le espera,
  • sabe que dejó su hogar,
  • sin saber si encontrará 
  • luna llena en otro mar
  • que ilumine nueva senda.

  • Emigrante,
  • lucha contra la distancia
  • que le aleja de su hogar,
  • y lucha contra ese llanto
  • por lo que se deja atrás
  • y lucha contra ese miedo
  • que parece quebrantar
  • las alas de una esperanza
  • que no sabe bien volar.

  • Emigrante,
  • cada día flotarán,
  • en tu pecho los recuerdos
  • y en tus ojos, una lágrima,
  • de nostalgia, brillará.

  • No pierdas nunca el coraje
  • porque aunque dejes tu tierra,
  • no estás solo en ese viaje 
  • te acompañan los recuerdos.

  • Estamos todos contigo
  • para ayudarte a llegar
  • y entre nosotros encuentres
  • el calor de un nuevo hogar.

  • Estamos siempre contigo 
  • en las vueltas del camino
  • no estarás solo, en tu lucha,
  • estamos todos contigo,
  • todos somos almas presas
  • buscando un mejor destino.
  •   
  • ´---------------------------------
(intro)
  • Emigrante,
  • que deja su tierra atrás,
  • que deja su hogar y amigos,
  • que deja todo lo que ama,
  • por el sueño y la esperanza
  • que le ofrece un nuevo abrigo.
  • ...
  • (verso1)
  • No pierdas nunca el coraje
  • porque aunque dejes tu tierra,
  • no estás solo en ese viaje 
  • te acompañan los recuerdos.
  • ...
  • Ellos estarán contigo
  • para ayudarte a llegar
  • y entre nosotros encuentres
  • el calor de un nuevo hogar.
  • ...
  • (estribillo)
  • Emigrante...

  • Lucha contra la distancia
  • que le aleja de su hogar,
  • y lucha contra ese llanto
  • por lo que se deja atrás.
  • ...
  • Lucha contra ese miedo
  • que parece quebrantar,
  • las alas de una esperanza
  • que no sabe bien volar.
  • ...
  • Cada día flotarán,
  • en tu pecho los recuerdos
  • y en tus ojos, una lágrima,
  • de nostalgia, brillará.
  • ...
  • (Verso3)
  • No sabe lo que le espera,
  • sabe que dejó su hogar,
  • sin saber si encontrará 
  • luna llena en otro mar
  • que ilumine nueva senda.
  • ...
  • Estamos siempre contigo 
  • en las vueltas del camino.
  • ...
  • No estarás solo, en tu lucha
  • estamos todos contigo.
  • ...
  • Todos somos almas presas
  • buscando un mejor destino.
  • ...
  • (outro)
  • No pierdas nunca el coraje
  • porque aunque dejes tu tierra,
  • no estás solo en ese viaje 
  • te acompañan los recuerdos.
  • ...
  • Que estarán siempre contigo
  • para ayudarte a llegar,
  • y encuentres en tierra extraña
  • el calor de un nuevo hogar.


viernes, 16 de noviembre de 2018

Carta para una madre.







vídeo canción

Carta para una madre

Madre,
si al despertarte mañana, vieses mi cama vacía,
no llores madre, me fui,, me fui a buscarme la vida.

Madre,
reza a Dios que no se hunda esa barca en la que voy,
si me lleva hasta un buen puerto, pronto volveré a tu lado
y traeré en la mochila, madre para ti un regalo
por ese gran sueño madre que padre y tú me habéis dado.

"Que luche para ser libre, que la tierra no es de nadie,
todos tenemos derecho a intentar matar el hambre".
Estas hermosas palabras me las enseñó mi padre
y tú me supiste dar el amor de buena madre.

Madre,
dile al viento que se calme y no enfurezca las olas
pide a tu Dios que los mares protejan a tu zagal
y volveré madre mía cualquier año en navidad
para traerte un regalo como premio a tu bondad.

Diademas para tu frente, pulseras para tus brazos
y un beso para ese vientre que supo hacer de mi un hombre
que no le teme al morir buscando un nuevo horizonte.

Madre rézale a tu Dios pídele que me proteja,
madre, díselo bien alto, pídele que por favor,
¡Cuide bien de tu muchacho!.

Es el drama que no cesa y nadie pone remedios,
nadie quiere poner medios esto a nadie le interesa.
Y se queda el alma presa de un infinito dolor
al escuchar el clamor, de tantas voces que gritan
que ellos también necesitan del mundo un poco de amor.

¡Cuántas almas guarda el mar! ¡Cuántos sueños sucumbieron!
¡Cuántas vidas se perdieron buscando un trozo de pan!
¿Por qué los hombres hicieron fronteras para medrar?
Si la tierra no es de nadie, la tierra le pertenece
a toda la humanidad. Mas esto solo lo vemos
al llegar la navidad.

---------------
 Carta para una madre.

Madre,
si al despertarte mañana,
vieses mi cama vacía,
no llores madre, me fui,
me fui a buscarme la vida.

Madre,
reza a Dios que no se hunda
esa barca en la que voy,
si me lleva hasta un buen puerto
pronto volveré a tu lado
y traeré en la mochila
madre para ti un regalo
por ese gran sueño madre
que padre y tú me habéis dado.

"Que luche para ser libre,
que la tierra no es de nadie,
todos tenemos derecho
a intentar matar el hambre".
Estas hermosas palabras
me las enseñó mi padre
y tú me supiste dar
el amor de buena madre.

Madre,
dile al viento que se calme
y no enfurezca las olas
pide a tu Dios que los mares
protejan a tu zagal
y volveré madre mía
cualquier año en navidad
para traerte un regalo
como premio a tu bondad.

Diademas para tu frente,
pulseras para tus brazos
y un beso para ese vientre
que supo hacer de mi un hombre
que no le teme al morir
buscando un nuevo horizonte.

Madre rézale a tu Dios
pídele que me proteja,
madre, díselo bien alto,
pídele que por favor,
¡Cuide bien de tu muchacho!.

-0-

Es el drama que no cesa
y nadie pone remedios,
nadie quiere poner medios
esto a nadie le interesa.
Y se queda el alma presa
de un infinito dolor
al escuchar el clamor,
de tantas voces que gritan
que ellos también necesitan
del mundo un poco de amor.

¡Cuántas almas guarda el mar!
¡Cuántos sueños sucumbieron!
¡Cuántas vidas se perdieron
buscando un trozo de pan!
¿Por qué los hombres hicieron
fronteras para medrar?
Si la tierra no es de nadie
la tierra le pertenece
a toda la humanidad.

Mas esto solo lo vemos
al llegar la navidad.




Al primero que clavó
en un terreno una estaca;
diciendo; ¡Esta tierra es mía!
Se la hubieran de haber roto
a golpes en su espaldar.
Esta estrofa 

es de unas palabras de Rousseau.


La izquierda solo la crea
la derecha con sus mañas,
¡si eres pobre, pues te apañas!;
Dicen con su verborrea.
Y es hora que el mundo vea
que quienes dirigen todo
solo buscan su acomodo.
En Chile como en España
el poder siempre se apaña
que viva el pobre en el lodo.

No habrá ningún Victor Jara
ni otros muchos como él
que acaben con el poder
si no es a golpe de vara.
La cosa la tengo clara
la religión es quien manda
y siempre es la misma panda
quien dirige el mundo entero,
y echan siempre al agujero
a quien ven que se desmanda.

Era una mañana gris, como aquellas que parecen abrazar el dolor del mundo en su neblina. En un pequeño pueblo, una madre despertaba entre las sombras de su hogar. Con el corazón pesado, miró hacia la cama de su hijo. Vacía. La tristeza se apoderó de ella sin aviso, como un ladrón silencioso que roba esperanzas y sueños. La noche anterior, él le había susurrado palabras que latían como un eco en su corazón.

"Madre, si al despertarte mañana, vieses mi cama vacía, no llores, me fui... me fui a buscarme la vida." Las lágrimas comenzaron a deslizarse por sus mejillas, pero su espíritu, herido pero fuerte, le susurró que debía dejarlo ir. Sabía que su hijo había cargado un anhelo en el pecho que no podía contener. La vida, a veces despiadada y a menudo cruel, lo había empujado hacia un destino incierto.

Mientras la madre luchaba contra el viento de su pena, pensamientos de su esposo, que había partido años atrás, le envolvían. Él también había hablado de esa búsqueda, de la libertad y de un futuro. "Que luche para ser libre," solía decirle. Aquel día, las palabras que su hijo había tomado prestadas resonaban como un lamento. Era casi como si las olas, en tumulto, expresaran la desesperación de las almas que buscaban cruzar las fronteras de lo conocido, aún a riesgo de su propia vida.

Aferrándose a la fe que le habían inculcado, la madre decidió bramar al cielo. "Madre, reza a Dios que no se hunda esa barca en la que voy”, había dicho su hijo, mientras ella, con el corazón en un puño, sabía que la travesía de muchos no terminaba en un buen puerto. Se preguntaba cuántas veces las esperanzas habían naufragado en esas aguas traicioneras. ¿Cuántas almas, cargadas de sueños, se habían perdido en el intento?

Las horas pasaron, y la angustia la mantenía cautiva en su propio hogar. Fue entonces cuando recordó el regalo que su hijo prometió traernos. "Pronto volveré a tu lado y traeré en la mochila," decía el poema que se repetía en su mente. Sin embargo, las palabras sólo calmaron su dolor por un momento. La realidad era dura: el miedo al qué podría pasar, el eco de las voces que reclamaban un mundo justo.

Mientras las primeras luces del amanecer penetraban a través de la ventana, pudo ver la paz en su rostro, en su ausencia. Era una paz trágica. Ella, que había soñado con un futuro brillante para él, ahora se enfrentaba a su más profundo temor: la posibilidad de que ese regreso nunca ocurriera.

La madre sintió un nudo en el estómago ante la amplía consideración del desamparo que la rodeaba. No solo su hijo, sino tantos otros buscaban aquel trozo de pan, aquel sueño que les había sido negado. Las fronteras, esas líneas en el suelo que dividían la humanidad, jamás habían tenido sentido para ella. En ese instante, el mundo se convirtió en un mar de dudas y promesas vacías.

"¡Cuántas almas guarda el mar!" murmuró. Y su voz, aunque temblorosa, reclamaba un sentido de justicia, una lucha que no sólo era de su hijo, sino de todos aquellos que se aventuraban a desafiar lo imposible. La navidad, que alguna vez había sido sinónimo de esperanza, ahora se convertía en un recordatorio sombrío de los que se habían perdido en el camino.

Y así, con el corazón dividido entre la tristeza y la esperanza, la madre se sentó en la orilla de sus pensamientos, aguardando con ansias un eco en el viento que le dijese que su hijo estaba bien, que su espíritu viajaba libre, buscando la vida, incluso si eso significaba navegar por aguas inciertas.

En la quietud de su dolor, entendió que su amor nunca lo abandonaría, porque ese amor es la fuerza que puede, a pesar de todo, romper cualquier frontera, uniendo las almas que la vida a menudo quiebra. Al final, todo lo que quedaba era la espera: la espera de que un día, su hijo regresara con un regalo que jamás podría comprarse, el regalo de la esperanza renovada.

......................

Carta para una madre.
(intro)
Madre,
si al despertarte mañana,
vieses mi cama vacía,
no llores madre... me fui,
me fui... a buscarme la vida.
...
(verso1)
Madre,
reza a Dios que no se hunda
esa barca en la que voy.
...
Si me lleva hasta un buen puerto
pronto volveré a tu lado,
y traeré en la mochila,
madre... para ti un regalo.
...
Por ese gran sueño... madre,
que padre y tú... me habéis dado.
...
(estribillo)
¡Lucha,  para ser libre,
que la tierra... no es de nadie!
...
¡Todos tenemos derecho
a intentar matar el hambre!
...
Estas hermosas palabras
me las enseñó mi padre.
Y tú me supiste dar
el amor de buena madre.
...
(verso2)
Madre,
dile al viento que se calme
y no enfurezca las olas,
pide a tu Dios que los mares
protejan a tu zagal.
....
Y volveré, madre mía,
cualquier año en navidad,
para traerte un regalo
como premio a tu bondad.
...
(coros)
Diademas para tu frente.
Pulseras para tus brazos
y un beso para ese vientre
que supo hacer de mí un hombre
que no le teme a morir...
buscando un nuevo horizonte.
...
(verso3)
Madre rézale a tu Dios,
pídele que me proteja,
madre, ¡díselo bien alto!
Pídele por favor,
¡Que cuide bien... de tu muchacho!.
...
(coros)
Es el drama que no cesa
y nadie pone remedios,
nadie quiere poner medios
esto a nadie le interesa.
...
Y se queda el alma presa
de un infinito dolor,
al escuchar el clamor,
de tantas voces que gritan:
...
¡Que ellos también necesitan...
del mundo... un poco de amor!
...
(outro)
¡Cuántas almas guarda el mar!
¡Cuántos sueños sucumbieron!
¡Cuántas vidas se perdieron
buscando un trozo de pan!
...
¿Por qué los hombres hicieron
fronteras para medrar?
...
Si la tierra no es de nadie.
¡La tierra le pertenece...
a toda la humanidad!
...
Pero esto... solo lo vemos...
al llegar... la navidad...


martes, 22 de mayo de 2018

Dejar la casa o Abramos el corazón. décimas




Vídeo declamado por:
Agustín Satrústegui "Kapirutxo"



Vídeo canción

Para Ovidiu

Dejar la casa es muy triste buscando una nueva tierra,
pues el corazón se aferra en aquella en que naciste.
Y no habrá ninguna sierra que pueda cortar el hilo,
ni cuchillo con buen filo que corte del pensamiento
tu casa de nacimiento a la sombra de aquel tilo.

Siempre se deja la casa con lágrimas en los ojos,
sin perder nunca la calma al ir cerrando cerrojos.
En la cara el regomello y una esperanza en el alma
que nos devuelve el resuello.

Dejando atrás todo aquello que conocen desde niños,
quieren buscar nuevos guiños y encontrar un nuevo sello.
Alzando de nuevo el cuello buscan su sitio en la danza
y que la vida  de chanza en unos terrenos nuevos,
los suyos eran malevos, negados a la esperanza.

Yo también fui un emigrante, eso por nunca se olvida,
y dejé atrás una vida para seguir adelante.
La gente de buen talante sepa tenderle su mano
a todo aquel nuestro hermano, que aspira solo a poder
ver a sus hijos crecer en un mundo más humano.


Para Ovidiu

Dejar la casa

(intro)
Dejar la casa es muy triste
buscando una nueva tierra,
pues el corazón se aferra
en aquella en que naciste.
...
(estribillo)
No habrá ninguna sierra
que pueda cortar el hilo,
ni cuchillo con buen filo
que corte del pensamiento,
tu casa de nacimiento
a la sombra de aquel tilo.
...
(verso1)
Siempre se deja la casa
con lágrimas en los ojos,
y un rictus en la cara
al ir cerrando cerrojos.
...
En el pecho el regomello
y una esperanza en el alma,
que nos devuelve el resuello.
...
Dejando atrás todo aquello
que conocen desde niños.
...
...
(verso3)
Salen para otros mundos,
para buscar nuevos guiños
y encontrar un nuevo sello.
...
Alzando de nuevo el cuello,
buscan su sitio en la danza,
pa que la vida  de chanza
en unos terrenos nuevos.
...
Los suyos eran malevos,
negados a la esperanza.
...
(puente)
Yo también fui un emigrante
eso nunca se olvida,
y dejé atrás una vida
para seguir adelante.
...
(outro)
La gente de buen talante
sepa tenderle su mano
a todo aquel nuestro hermano,
que aspira solo a poder
ver a sus hijos crecer
en un mundo más humano.

sábado, 16 de septiembre de 2017

y Refugiados y libertades nosotros también lo fuimos











Salieron una mañana
echando la manta al cuello,
en su cara el regomello
bajo la boina de pana.
Tenían la idea sana
de encontrar terrenos nuevos,
los suyos eran malevos
soplaban muy mal los vientos,
para quien su pensamientos
a otros tocaban los huevos.

Hoy me dio por recordar
que así le tocó a mi abuelo,
tuvo que dejar su suelo,
le obligaron a emigrar.
Se vio forzado a marchar
por pensar de otra manera,
buscando tierra extranjera
donde pudiera tener
sin tenerse que esconder
una charla con cualquiera.

Hoy la vida reaviva
y hay en mis ojos destello
al recordar todo aquello
de una lágrima furtiva.
De no entender la misiva;
¡Podrás tener tus razones
mas no toques los riñones
de las gentes del gobierno,
harán tu vida un infierno
cortándote los cojones!

Sufro cuando pienso en ello
veo que se sigue igual,
¡la cosa pinta muy mal!
¿Por qué se tiran al cuello,
por qué no gustará el sello
de quien de otro modo piensa?
Y una soledad inmensa
inunda todo mi ser,
¡quizás pueda parecer
que pensar libre...es ofensa!

Los motivos son dispares
del porqué ser refugiado
pero ya hemos olvidado
que también cruzamos mares
dejando nuestros hogares
entre lágrimas y enojos.
No pongamos pues cerrojos
a tanta gente inocente
que busca amor de otra gente
y no que cierren los ojos.

jueves, 14 de septiembre de 2017

El mundo se quedó sordo. Sordera ya en pm





El mundo se quedó sordo

Estrofas polimétricas.

Susurros trae la noche,/ llantos que salen del alma,
siendo solo resquicios, de sueños desconchados 
reflejo de luces,/ titilan al alba
pero no sirven de guía/ para pueblos desterrados.

Ecos de voces lejanas/ que de puerta en puerta llaman,
con quejosos lamentos/ de gritos angustiados
que ahítos de miedo.../  al cielo reclaman
el brillo de la ternura/ para sus ojos rasgados.

Barato se vende el miedo,/ y al grito de guerra el hombre,
tendrá que dejar de golpe/ sus recuerdos más amados,
pero ya no queda nadie.../ que de tal cosa se asombre
que a la injusticia del mundo/ ya estamos acostumbrados.

Ojos al mar suplicantes/ a un mundo sin esperanzas,
donde los corazones/ al amor ya cegados,
seguirán bailando/ sus trágicas danzas.
sobre las brasas ardientes/ de los sueños derrotados.

Silencios mudos cabalgan,/ la voz de la sangre llama,
mas cierran sus oídos/ se muestran desalmados
al trémulo grito.../  que a los cielos clama.
Pero no repite el eco/  esos gritos desgarrados.

Susurros trae la noche, un manto oscuro que envuelve el alma. Las sombras se deslizan entre las viejas calles de un pueblo olvidado, donde los llantos que surgen parecen ser ecos de la tristeza colectiva, resquicios de sueños desconchados que alguna vez brillaron con fuerza. Las estrellas titilan, un reflejo de luces que, al despuntar el alba, no logran guiar el rumbo de aquellos que han sido desterrados de su propia tierra.

En medio del silencio, ecos de voces lejanas se asoman a través de las paredes de las casas. Llaman de puerta en puerta, trayendo consigo quejosos lamentos, gritos angustiados que retumban en el aire, ahítos de miedo. La comunidad, frágil como un cristal, alza sus ojos al cielo en busca del brillo de la ternura, un rayo de esperanza que ilumine sus corazones rasgados por la desdicha.

Ya no hay espacio para asombros en este lugar. Barato se vende el miedo, y el hombre, apremiado por el grito de guerra, se ve obligado a despedirse de sus recuerdos más amados en un instante desgarrador. Las violencias que lo rodean han convertido este mundo en un paisaje de insensibilidad, donde la injusticia se ha vuelto una compañera constante, una sombra que nunca se disipa.

Los ojos anhelantes miran al mar, un inmenso océano que refleja un mundo sin esperanzas. Allí, los corazones, ciegos al amor que una vez les dio vida, continúan danzando sobre las brasas ardientes de sus sueños derrotados. Cada paso que dan estas almas marchitas es un eco de lo que pudo ser, un susurro de promesas marchitas.

En los cielos, silencios mudos cabalgan, y la voz de la sangre llama a aquellos que aún poseen el poder de escuchar. Sin embargo, muchos cierran sus oídos, desalmados ante el trémulo grito que clama buscando clemencia. Dentro de esta penumbra, el eco de sus angustias no resuena; sus gritos desgarrados se pierden en la nada, mientras la noche sigue trayendo susurros —susurros de un futuro incierto, pero que, a pesar de todo, aún anhelan ser escuchados... Pero el mundo se ha vuelto sordo.