Nos machaca la vida cual martillo,
golpea duramente los riñones,
con ella poco valen algodones
si afila ante nosotros su cuchillo.
Y nunca para el pobre tiene brillo,
le pone en su vereda tropezones,
se olvida en navidad de sus turrones
y pasa por su espalda como un trillo.
Vive soñando el pobre que algún día
alguien le dé la vuelta a la tortilla
y llegue hasta su puerta la alegría.
Mas la vida lo pasa por la quilla
destrozando los sueños en que fía
sin dejar que levante la barbilla.
¡Si la vida te pilla
y se lanza a por ti con su fiereza,
no dejará que saques la cabeza!
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