viernes, 2 de noviembre de 2018

La Catrina. Décimas









Yo conocí a esa “pana”
en enero hará un año,
no me fluía bien el caño
por donde la vida mana.
Estuve un fin de semana
peleando con Catrina,
la sujetó una vecina
y la cogí del pescuezo,
no le valió ningún rezo
escapó como gallina.

Ahora me tiene miedo
solo de verme se asusta,
sabe que soy muy robusta
y en la pelea le puedo.
Qué si me lanzo p´al ruedo
tengo yo, muy mala leche
y hago con ella escabeche
para comida de gatos,
por eso no quiere tratos
con esta señora Merche.

Y allá se fue la Catrina
con el rabo entre las patas,
¡Has de saber con quien tratas!
Le gritaba mi vecina.
Nos confundiste con ratas
a quien somos avispero.
¡Qué vendemos caro el cuero,
no lo regalamos gratis!
¡Lárgate ya, por Tutatis!
¡Pájara de mal agüero!

¡La hubierais visto correr!
Yo de risa me orinaba,
Maki se descojonaba,
pues era digno de ver.
¡Y no os lo vais a creer!
La guadaña por los suelos,
tirándose de los pelos
y gruñendo en mal francés,
tropezando con sus pies,
fue perdiendo hasta los velos.

Un vecino que la vio
camino a la enfermería,
preguntó por cortesía;
¿Catrina que te pasó?
De rabia ni contestó.
Un poco más adelante
se encontró con un tunante
que así le dijo con guasa,
al ver de sangre la masa
que llevaba en el semblante.

"¿A dónde vas tú Catrina
con ese rostro apenado?
-Cuéntame que te ha pasado
que te veo muy mohína.
-Me di un golpe en una esquina,
corriendo con ese celo
de llevar almas pa´l cielo.
-¿No será que por cansina,
entre Merche y su vecina
te arreglaron bien el pelo?"

Quiero con esto decir
que no hay que rendirse nunca,
que mucha vida se trunca
por tener miedo a morir.
No es que quiera presumir,
mas no le temo a la muerte,
si un día por mala suerte
viene a traición y me gana,
no será porque esta hermana
no haya peleado fuerte.

Aquel que sus males tensa
vive una dura agonía,
olvide el mal y sonría
gozando una vida intensa.
Esta que escribe así piensa
y crean, mi mal es mucho,
pero con fuerza yo lucho
para no pensar en él
y si chilla el dolor cruel
le hago creer, que no escucho.

--------------

Yo conocí a esa “pana” en enero hará un año,
no me fluía bien el caño por donde la vida mana.
Estuve un fin de semana peleando con Catrina,
la sujetó una vecina y la cogí del pescuezo,
no le valió ningún rezo escapó como gallina.

Ahora me tiene miedo solo de verme se asusta,
sabe que soy muy robusta y en la pelea le puedo.
Qué si me lanzo p´al ruedo tengo yo, muy mala leche
y hago con ella escabeche para comida de gatos,
por eso no quiere tratos con esta señora Merche.

Y allá se fue la Catrina con el rabo entre las patas,
¡Has de saber con quien tratas! Le gritaba mi vecina.
Nos confundiste con ratas a quien somos avispero.
¡Qué vendemos caro el cuero, no lo regalamos gratis!
¡Lárgate ya, por Tutatis! ¡Pájara de mal agüero!

¡La hubierais visto correr! Yo de risa me orinaba,
Maki se descojonaba, pues era digno de ver.
¡Y no os lo vais a creer! La guadaña por los suelos,
tirándose de los pelos y gruñendo en mal francés,
tropezando con sus pies, fue perdiendo hasta los velos.

Un vecino que la vio camino a la enfermería,
preguntó por cortesía; ¿Catrina que te pasó?
De rabia ni contestó. Un poco más adelante
se encontró con un tunante que así le dijo con guasa,
al ver de sangre la masa que llevaba en el semblante.

"¿A dónde vas tú Catrina con ese rostro apenado?
-Cuéntame que te ha pasado que te veo muy mohína.
-Me di un golpe en una esquina, corriendo con ese celo
de llevar almas pa´l cielo. -¿No será que por cansina,
entre Merche y su vecina te arreglaron bien el pelo?"

Quiero con esto decir que no hay que rendirse nunca,
que mucha vida se trunca por tener miedo a morir.
No es que quiera presumir, mas no le temo a la muerte,
si un día por mala suerte viene a traición y me gana,
no será porque esta hermana no haya peleado fuerte.

Aquel que sus males tensa vive una dura agonía,
olvide el mal y sonría gozando una vida intensa.
Esta que escribe así piensa y crean, mi mal es mucho,
pero con fuerza yo lucho para no pensar en él
y si chilla el dolor cruel le hago creer, que no escucho.



--Ovillejo--

¿Qué nos depara la suerte?
¡La muerte!
¿Y qué nos alegra el sino?
¡El vino!
¿Qué nos alegra las testas?
¡Las fiestas!

Gocemos buenas ingestas,
sin a la parca temerle
y así poder ofrecerle
a la muerte vino y fiestas.

--O--
Vi una sombra con guadaña
ir corriendo como loca.
¿Quién tal miedo le provoca
a la Catrina con saña?
Solo Merche tal hazaña
es capaz de conseguir
y bien sabe presumir
de que junto a su vecina
le dieron tal disciplina
que oyó sus huesos crujir.

Décima añadida por,
Marcos Andres Minguell
(Maramín)

No hay comentarios:

Publicar un comentario