Melancolía
Octonario
En el bar estoy sentada/ y tú en la mesa de al lado,
mis ojos ya no ven cielos,/ en esos ojos que antaño
soñaban con mares nuevos / y hoy por la vida cegados
ni de lágrimas disponen/ para llorar el pasado,
que se perdió en la neblina/ de algún sentimiento amargo
que frente al mar una tarde/ se vio solo y derrotado.
Brillan esos ojos negros/ perdidos en la marisma,
donde se hundieron los sueños/ de una juventud con prisas,
que vivió siempre engañada/ presa de la fantasía,
por el miedo a ver perdidas/ las mieles que da la vida
a quienes vivirla saben/ sin miedo a sus tropelías.
Hoy ya volaron los años/ y con ellos la utopía,
hoy solo miras el mundo/ como una burda mentira,
como esa flor que te araña/ sin respeto a tu caricia.
Que bien te engañó la vida/ con su falsa hipocresía,
esa que a volar invita.../ sin red para la caída.
¿En qué piensas? Me pregunto,/ cuando al horizonte miras?
¿Acaso quizás recuerdas,/ las trenzas de aquella niña?
La de inmaculada cara/ que alegró tus tiernos días,
cuando los sueños volaban,/ con vientos de picardía
de la juventud temprana.../ que sueña gozar la vida.
Veo lágrimas que huir quieren,/ rodando por tus mejillas,
pero ni fuerzas te quedan,/ murieron tus siete vidas
que como amar no supieron.../ terminaron en la quilla.
En tu corazón ahora/ los recuerdos se amotinan,
y con tu dolor disfrutan,/ atacando con malicia,
gozando con el tormento / que ocasionan en tu vida
y disfrutan como enanos al ver a tu alma rendida
por haber vivido siempre/ en esa eterna mentira,
que con la edad aprendemos,/ cuando ya... todo termina.
Llora viejo, llora y rabia,/ lanza tu grito hacia el mar,
por tanto tiempo perdido.../ sin atreverte a luchar.
El llanto es la medicina,/ que no te habrá de sanar,
pero te alivia las penas/ y es bueno para olvidar;
que fuiste siempre un cobarde/ por el miedo a fracasar.
Ni llorar puedes mi viejo,/ que ni llanto ya te queda,
ya tan solo pedir puedes;/ que no se hunda tu entrecejo
cuando veas tu mirada.../ perdida frente al espejo.
-O- -O-
Se ha ido un POETA
... se ha roto un sueño.
Tan solo fugaces sombras
de ya pasados recuerdos
en el río de la vida,
luchando por renacer
como Fénix tras la niebla.
Con impulsos sin mesura
en una macabra danza,
en errante vacilar
nos hundimos en la sima
del revivir de las almas.
Sin saber nunca que fuimos,
sin saber nunca que somos
y sin saber que seremos.
Se ha ido un POETA
... se ha roto un sueño.
Tan solo fugaces sombras
de ya pasados recuerdos
en el río de la vida,
luchando por renacer
como Fénix tras la niebla.
Con impulsos sin mesura
en una macabra danza,
en errante vacilar
nos hundimos en la sima
del revivir de las almas.
Sin saber nunca que fuimos,
sin saber nunca que somos
y sin saber que seremos.
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