jueves, 30 de agosto de 2018

P Décimas I








CON VOZ

La madera tú la tienes,
yo pondré mis emociones
y crecerán las pasiones
de amor en todos los trenes.
¿Dime amor, conmigo vienes?
Surquemos todos los mares
hasta encontrar los lugares
donde siembran ese amor
que crece con el calor
dando besos a millares.


Duerme tranquilo y contento
que yo traeré madera
para encender esa hoguera
de tu corazón sediento.
Le pediré ayuda al viento
para que arrope la cama
y al fuego que traiga flama
para encender la pasión
que mantenga la ilusión
que tanto amor nos reclama.

No al amor en el averno,
sea el amor en la tierra
desterrando odios y guerra
logrando un mundo más tierno.
A nadie le importa un cuerno
el penar de su vecino,
lo mira haciendo el mohíno
pero sin tender la mano.
¡Qué Dios te ampare mi hermano,
que yo sigo mi camino!

¡Saldrá su culo pelado!
si viene con malos rollos,
aquí ya no somos pollos
con el cerebro lavado.
Así que mi buen chiflado
con tus cuentos a otra parte,
por aquí nos sobra el arte
para labrar la madera,
sin escuchar tu sonsera
ni tener porque aguantarte.

Que es por ti por quien me muero
no hace falta que lo grite,
bien se ve que se derrite
mi pasión por tu dinero.
¿Qué pensabas chapucero?
¿Qué por tu cara bonita,
estaba yo coladita?
¡Si eres feo como un sapo,
con un cuerpo de guiñapo
y cara de mona Chita!


La cortejan los solteros,
¿Por qué será me pregunto?
No veo claro el asunto,
¿O no la vieron en cueros?
Con pantalones vaqueros
casi que parece un tordo;
chica testa y culo gordo.
Y se quedará soltera
si no encuentra un primavera
medio bobo, ciego y sordo.

Le eché sermón sibilino
a fe mía necesario
y así evitar el mal fario
de caer en desatino.
Sea madera de pino
de ocho pulgadas tan solo
y no se convierta en dolo
que no se pueda seguir,
¡prestos pues a corregir
y sigamos con el bolo!

Porque el tren debe seguir
nunca detenga su marcha,
que ni el frío ni la escarcha
hagan sus ruedas crujir.
En el me quiero subir
en busca de un horizonte,
tras los cerros de aquel monte
que parece un corazón
y allí vivir la pasión
que a mi vida la remonte.



Pa'avivar la mente lasa
no falte nunca el amor,
pongamos en ello ardor
porque la vida se pasa.
Llega la vejez y arrasa
con furor y alevosía
a quien por su cobardía
no supo vivir feliz,
viendo como la perdiz
el vecino se comía.

Con entrega y embeleso
me voy preparando el viaje,
he puesto en el equipaje
cuarta y media de buen queso
¿Qué por qué habré puesto eso?
Por si encuentro en el camino
a ese comilón vecino
del que nos habla Eratalia,
que mi viaje hacia la Galia
lo quiero sin desatino.​

Que es para mí lo esencial
alguna vez ya lo he dicho,
"el vivir sin miedo al bicho
que asusta con lo infernal"
Que para vivir formal
no necesito de miedos,
que disfrazados de credos
me joroban la existencia,
con su tan burda creencia
que a mí me importa dos bledos.

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