domingo, 5 de agosto de 2018

Décimas de luz II o carta para una amiga




Gracias mil, mi linda amiga,
es tu presencia muy grata,
sabor a fresas con nata
y tu verso mi alma abriga.
No te importe que alguien diga,
quien soy o dejo de ser
lo importante es mantener
una amistad fuerte y dura,
rechazando la basura
de quien gusta malmeter.

Que precioso tu soneto
sobre tanto niño pobre,
crece la pena salobre
con angustia sobre el gueto.
Alguien ya se plante el reto
de acabar con la pobreza
que ya sangra la tristeza
al ver los niños morir
sin tener donde acudir
por el mundo y su bajeza.

Escribir sobre el mendigo
difícil no debe ser
aunque ese su padecer
en verdad importe un higo.
En verdad yo te lo digo,
que fácil es escribir
para poder presumir
de que son muy buena gente
mas en serio al indigente
lo quieren lejos de sí.

¿Y dices que tiene el bicho
cuatro pelos en la cara?
No suele ser cosa rara,
el llevar barba es capricho.
Mas mucho tipo redicho
la lleva por no gastar
en cuchillas de afeitar,
otros porque son muy vagos
y se ahorran esos tragos
de tener que rasurar.

¿Pelillos en el careto?
no hace falta ser lumbreras
ni ponerse anteojeras
para ver más bien un seto.
Debe haber miles maneras,
de poder sacar provecho
al hombre de pelo en pecho.
Pudiendo usar de felpudo
a todo bicho peludo
y no pecar de cohecho.

Ante barbas no me arredro
me sé muy bien defender,
si vienen a malmeter
cojo mi lápiz de cedro
con su punta de alfiler
y en los ijares le meto
o en el centro del careto
para que sepa el doncel
con quien se juega la piel
y no venga de indiscreto.

¡Ojo y pon mucha atención!
puede venir la madrina
y al ir viendo coprolalias
decir que mal te lo palias
y como en reporte es fina
te mandará al paredón.
Que no se repara en gastos,
aquí solo quieren trastos
que no espanten al pichón
con palabrajos nefastos.

Y sobre tema de amores
poco te puedo contar,
pues sigo sin encontrar
a quien me regale flores.
En mi vida no hay colores
ni luz en mis noches frías,
se van pasando los días
y el amor a mí no viene
rabia Cupido me tiene
por culpa de mis manías.

Le daré mi corazón
a quien me traiga madera
para encender esa hoguera
donde prenda mi pasión.
Soy moza poco altanera
y aunque gracia tenga poca
por él me tornaré loca
cayendo sobre sus pies
del derecho o del revés
que el amor todo trastoca.

Recuerdo querida amiga
aquellos días de escuela
hasta ellos mi alma se vuela
subida en veloz cuadriga.
-.¡Señorita... ruego diga!
El profesor me gritaba,
yo de nada me enteraba
era de cabeza dura.
-."¡Usted ya no tiene cura!".
Don Jacinto me chillaba.

Nos mandaba el profesor;
-."Quien tenga cabeza huera
que se pase por la era
para traerme una flor.
Que también es un honor
el adornar los salones
de colores bien chillones,
que todo bien adornado
es por el alma apreciado
y alegra los corazones".

Cese ya la chirigota
que ya por hoy bien se vale,
antes que la reja cale
y se me tuerza la bota.
Alguien hay que ya no flota
intentando comprender
como poder mantener
una gran conversación
con décimas a porrón
¡y sin parar ni a comer!

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