sábado, 19 de noviembre de 2022

Vive




  •  Vive Falta libro

  • Animaré a que trabaje
  • todo quisqui sin parar
  • y así poderse comprar
  • por sus medios un buen traje.
  • Y que nadie se rebaje
  • a vivir de lo prestado,
  • gana siempre tu bocado
  • come siempre de lo tuyo
  • y te llenará de orgullo
  • el saber que lo has ganado.

  • Vive a todo decidido
  • sin ofender la natura
  • y amigo siempre procura
  • ser un hombre agradecido.
  • Es de ser un buen nacido
  • amar la naturaleza,
  • sabiendo que somos pieza
  • y parte de su engranaje
  • por eso con gran coraje
  • mantengamos su pureza.

  • Soy mujer de los caminos
  • que sabe bien como andarlos
  • y los días bien gozarlos
  • sin creer en cuentos chinos.
  • Harta ya estoy de cretinos
  • que presumen de sapiencia,
  • que se yo por experiencia
  • que para gozar la vida
  • y no darla por perdida
  • no hace falta tanta ciencia.

  • Da el placer felicidad 
  • y el dolor da mala cara,
  • hace falta mucha vara 
  • para lograr la igualdad.
  • Porque hay mucha vanidad 
  • en este mundo de cuentos
  • que vive sin fundamentos 
  • una realidad muy falsa,
  • que no es el mundo una balsa 
  • de sabios ni de portentos.

  • Por eso vive a tu bola
  • no hagas caso a cuentos chinos
  • ni de quien te haga la ola
  • ni hagas caso a mangurrinos
  • que por na' se despendolan.

jueves, 17 de noviembre de 2022

Maridos ya en pm






  • vídeo canción

  • Maridos

  • Era muy feo el gabacho,
  • daba risa solo verlo,
  • con esa cara de merlo
  • que parece que el muchacho
  • se la compró de estraperlo.

  • Vino el mozo a engatusarme,
  • se pensó que yo era boba,
  • con el palo de la escoba
  • a porrazos debí liarme
  • pero lo llevé a la alcoba.

  • Ya voy a por el segundo
  • al primero, por sus tretas
  • lo mandé a hacer puñetas,
  • se portó cual perro inmundo
  • y lo puse a comer setas.

  • Por tonta caí en las redes
  • de un gañán muy relamido,
  • rabicorto y presumido
  • que atiende por Nicomedes.
  • y hoy lo sufro de marido.

  • En lo de amar, hay quien dice,
  • que de diez minutos trata,
  • Ay, que la risa me mata,
  • pues esto se contradice,
  • mi Nico en tres... ya remata.

  • Voy a tener que comprar
  • otro kilo más de setas
  • que ya me harté de aguantar
  • a maridos pedorretas
  • que fallan al verbo amar.



En un rincón remoto de una comarca olvidada, vivía una mujer cuya belleza no estaba en su apariencia, sino en su espíritu libre y lengua afilada. 
.
Cierto día, un mozo forastero, de aspecto desgarbado y de nombre Bernabé, llegó al pueblo. Su semblante era una farsa, una máscara grotesca que parecía haber sido forjada en algún rincón oscuro de la feria de vanidades.
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 Su rostro, que evocaba la imagen de un merlo viejo y desmañado, provocaba carcajadas en todos los que osaban cruzar su mirada.
.
Bernabé, a pesar de su pobre figura, se atrevió a cortar a aquella mujer con una confianza mal disimulada, como si el destino mismo le hubiera concedido derecho sobre ella. 
.
Se acercó con palabras untuosas y engañosas, pensando que su astucia bastaría para seducirla. Pero la mujer, lejos de ser presa fácil de sus tretas, lo miró con una mezcla de diversión y
aunque sabía que debía habérselo quitado de encima con el palo de la escoba, algo en su desfachatez la hizo invitarle a la alcoba, más por burla que por deseo.
.
Bernabé , iluso, pensó que había conquistado el trofeo más codiciado, sin saber que su destino estaba sellado.
.
El primer encuentro, como todos los que vendrían después, fue una farsa. Él, con su vanidad y prepotencia, pretendía ser lo que no era; pero la mujer, acostumbrada a las trampas de la vida, pronto le despojó de sus disfraces.
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Al ver su verdadera naturaleza, lo mandó lejos, como quien expulsa a un perro sarnoso, cansada de sus tretas y de sus promesas vacías.
.
Pero la vida, en su caprichosa ironía, le presentó otro igual de insulso. El segundo mozo, aunque no menos despreciable que el primero, consiguió seducirla con un galanteo vacío. 
.
Su cortejo fue una maraña de mentiras, y ella, por un breve instante, cayó en las redes de su falsa seducción. Este se llamaba Nicomedes, relamido y vanidoso, que se pavoneaba como un gallo de corral, creyéndose el dueño de su corazón. 
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Y así, por las vueltas inexplicables del destino, acabó siendo su esposo.

Sin embargo, el matrimonio con aquel ser presuntuoso se reveló como una cadena insoportable. Nicomedes, en lo de amar, no era más que una burla. 
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Los rumores decían que el acto del amor debía durar al menos diez minutos, pero la mujer, con amarga ironía, constataba que Nicomedes apenas alcanzaba tres, y eso, con gran esfuerzo.
.
Cansada de su incompetencia, tanto en el lecho como en la vida misma, decidió que ya no lo soportaría más. Recordando la fórmula que había funcionado con el primero, optó por preparar otra vez aquel plato amargo de setas, símbolo de su hastío y de su deseo de liberación. 
.
Y así, con una sonrisa en los labios y el escobón a la mano, preparó su venganza silenciosa, mientras el viento nocturno susurraba en su oído promesas de libertad.

...................

  • Maridos
  • (intro)
  • Era muy feo el gabacho,
  • daba risa solo verlo,
  • con esa cara de merlo
  • que parece que el muchacho
  • se la compró de estraperlo.
  • ...
  • (verso1)
  • Vino el mozo a engatusarme,
  • se pensó que yo era boba,
  • con el palo de la escoba
  • a porrazos debí liarme
  • pero lo llevé a la alcoba.
  • ...
  • Sin pensármelo dos veces
  • me fui al monte a buscar setas
  • de esas que acaban pronto
  • con maridos pedorretas.
  • ...
  • (estribillo)
  • Yo tenía tres maridos
  • y a los tres me los cargué
  • con un puñado de setas
  • que les puse pa comer.
  • ...
  • (verso2)
  • Ya voy a por el segundo
  • al primero, por sus tretas
  • lo mandé a hacer puñetas,
  • se portó cual perro inmundo
  • y lo puse a comer setas.
  • ...
  • (coros)
  • Por tonta caí en las redes
  • de un gañán muy relamido,
  • rabicorto y presumido
  • que atiende por Nicomedes.
  • y hoy lo sufro de marido.
  • ...
  • (verso3)
  • En lo de amar, hay quien dice,
  • que de diez minutos trata,
  • Ay, que la risa me mata,
  • pues esto se contradice,
  • mi Nico en tres... ya remata.
  • ...
  • (estribillo)
  • Yo tenía tres maridos
  • y a los tres me los cargué
  • con un puñado de setas
  • que les puse pa comer.
  • ...
  • (outro)
  • Voy a tener que comprar
  • otro kilo más de setas
  • que ya me harté de aguantar
  • a maridos pedorretas,
  • que no saben conjugar
  • los tiempos del verbo amar....


miércoles, 16 de noviembre de 2022

Ellos Amor verdadero

  •  






  • Amor verdadero

  • Siento una gran alegría
  • y al cielo doy muchas gracias
  • al verlos por las acacias
  • de la mano pasear.
  • ¡Qué hermosura verlos juntos!
  • Hacen del amor un templo
  • y yo cuando los contemplo
  • no los dejo de admirar.

  • Tiñeron su vida en rosa
  • los dos en un mano a mano,
  • en invierno y en verano
  • se les suele ver pasar
  • cogidos de la cintura,
  • disfrutando la pureza
  • del amor y la grandeza
  • de quienes sueñan volar.

  • Por eso cuando los miro
  • noto que mi piel se eriza
  • al ver ese amor que riza
  • los tonos del verbo amar.
  • Ella en silencio se arrima
  • sonríe mientras lo besa,
  • y mi alma queda presa
  • de tan sublime cantar.

  • Es ese amor verdadero
  • que dura toda la vida
  • sin atalajes ni brida
  • que lo pueda sujetar.
  • No precisa de papeles
  • ni de monsergas ni curas,
  • es libre sin ataduras
  • que lo quieran maniatar.
Así un amor yo quisiera,
un amor de esa estatura,
un amor que dura y dura
sin tener nunca un final.
Y al buen Cupido le ruego
que no se lo tome a risa
y se vaya dando prisa
en mandarme una señal.
----------------------

  • Amor verdadero
Ellos
  • (intro)
  • Siento una gran alegría
  • y al cielo doy muchas gracias
  • al verlos por las acacias
  • de la mano pasear.
  • .
  • ¡Qué hermosura verlos juntos!
  • Hacen del amor un templo
  • y yo cuando los contemplo
  • no los dejo de admirar.
  • (estribillo)
Así un amor yo quisiera,
un amor de esa estatura,
un amor que dura y dura
sin tener nunca un final.
  • (coros)
  • Tiñeron su vida en rosa
  • los dos en un mano a mano,
  • en invierno y en verano
  • se les suele ver pasar.
  • .
  • Cogidos de la cintura,
  • disfrutando la pureza
  • del amor y la grandeza
  • de quienes sueñan volar.
  • (puente)
  • Por eso cuando los miro
  • noto que mi piel se eriza
  • al ver ese amor que riza
  • los tonos del verbo amar.

  • Ella en silencio se arrima
  • sonríe mientras lo besa,
  • y mi alma queda presa
  • de tan sublime cantar.
  • (estribillo)
  • Es ese amor verdadero
  • que dura toda la vida
  • sin atalajes ni brida
  • que lo pueda sujetar.

  • No precisa de papeles
  • ni de monsergas ni curas,
  • es libre sin ataduras
  • que lo quieran maniatar.
  • (estribillo)
Así un amor yo quisiera,
un amor de esa estatura,
un amor que dura y dura
sin tener nunca un final.
  • (outro)
Al buen Cupido le ruego
que no se lo tome a risa
y se vaya dando prisa
en mandarme una señal.



viernes, 11 de noviembre de 2022

10 Reflejo de luna Luz de luna .

  •  



  • vídeo canción

  • Reflejo de luna


  • Con un reflejo de luna
  • llegó hasta mí tu sonrisa,
  • fue como un soplo de brisa
  • que acrecentó mi soñar.
  • Desde aquel día te llevo
  • en mi corazón grabado
  • y aunque tú hayas olvidado
  • yo nunca podré olvidar.

  • Las olas se van y vienen
  • al igual que los recuerdos,
  • y no habrá poetas cuerdos
  • que las puedan bloquear.
  • Por eso, mi amor, te digo,
  • que por mucho que me duela
  • no he de plegar yo la vela
  • que me acerque hasta tu mar.

  • Aunque, si el ayer volviera
  • nunca sería lo mismo,
  • media entre nos un abismo
  • muy difícil de salvar.
  • Los años me doblegaron,
  • mi pecho de miedo estalla
  • al ver de frente la valla
  • que no podemos saltar.

  • Se nos puso cuesta arriba
  • pero la fe no la pierdo,
  • que siento en mi lado izquierdo
  • un sentimiento brotar.
  • Y veo en el horizonte
  • una luz que me ilusiona
  • pues el amor no abandona
  • a quien le sabe aguardar.

  • A mis ojos vuelve el brillo
  • y una esperanza me alerta,
  • que el postigo de tu puerta
  • se quedó a medio cerrar.
  • Y quien sabe si algún día
  • decidas de nuevo abrirme,
  • por eso no he de rendirme
  • y otra vez vuelvo a soñar.

Pero me miento a mí misma,
sin ti, vivir ya no puedo
en los recuerdos me enredo
hasta ponerme a llorar.
Perdió el reflejo la luna
o su luz ya no me alcanza
y ya no tengo esperanza
ni fuerzas para luchar.

Berta se sentó en la orilla del mar, sus pies descalzos hundiéndose en la arena fría mientras las olas rompían suavemente a su alrededor. Cada vez que el agua regresaba al océano, traía consigo sus recuerdos, como si el mar supiera el secreto de su corazón.

 Ella miró al horizonte, donde el cielo se encontraba con el agua en un abrazo distante. La luna, en su esplendor plateado, reflejaba la tristeza que pesaba en su pecho, una tristeza tan profunda que la hacía sentir que el mundo a su alrededor se desvanecía.

Aquel día en que conoció a Marcos había sido un día como ninguno. Un susurro entre las olas, una sonrisa que había encendido su alma. Su risa era un río de luz; un soplo de brisa que le recordaba que aún había magia en la vida. 

Desde aquel instante decisivo, ella lo llevó inscrito en cada rincón de su ser, aunque sabía que la memoria es traicionera y, con el tiempo, uno se aleja de lo que ama. Berta sintió que su corazón se encogía con el simple pensamiento de que él podía haberla olvidado, mientras ella permanecía anclada al pasado, un barco hundido en la tormenta de la melancolía.

Las olas seguían su danza interminable, como una sinfonía trágica que tocaba las notas de su alma. Se cerró en su propio mundo de recuerdos, maldiciendo su incapacidad para dejar ir. No había poetas cuerdos que pudieran entender la tristeza que la abrumaba ni palabras que pudieran enredar la esencia de lo que había vivido con él. 

El amor era un tejido frágil, y ella, un extraño en su propio corazón. A veces, se encontraba cerca del abismo que los separaba, sintiendo el terror de enfrentarse a la distancia que había crecido entre ellos como una sombra impenetrable.

Los años la habían cambiado, había aprendido a vivir con una tristeza que se volvía su compañera más fiel. Sus ojos, alguna vez brillantes con la luz del amor, ahora estaban velados por una nostalgia que la perseguía a cada instante. 

Berta dejó escapar un suspiro ahogado como las olas que se desvanecían en la arena, casi deseando que el tiempo pudiera devolverle aquel instante perdido, aunque en el fondo sabía que nunca podrían ser lo mismo. Ese instante se había disuelto en un soplo de viento, llevándoselo todo como un eco lejano.

Justo cuando más pensaba en la soledad, una chispa de esperanza se encendió en su interior. Tal vez, algún día, el destino les permitiría volver a encontrarse. Su corazón latía con fuerza en su lado izquierdo, como si, a pesar de todo, un amor antiguo seguía brotando en silencio, intentando resistir. 

Pero cada vez que se aferraba a esa ilusión, la realidad le respondía con una risa amarga; el postigo de su puerta seguía medio cerrado, un obstáculo que la mantenía alejada de su anhelo más profundo.

Sola en la orilla, contemplando aquel reflejo de luna que ya no la guiaba, Berta comprendió que había momentos en los que el brillo se apaga. Sin él, vivir se sentía como un laberinto sin salida; sus recuerdos la atrapaban, transformándose en la niebla que la mantenía cautiva en su propia tristeza. 

La luna, aunque resplandeciente en el cielo, parecía distante y fría, como un faro que ya no iluminaba su camino. En su corazón, la esperanza se desvanecía lentamente, dejándola sin fuerzas para continuar la lucha. 

Y allí, en la arena fría, dejó escapar una lágrima, un adiós silencioso a un amor que, aunque inalcanzable, había dejado huella en su ser
dejándola sin esperanzas ni fuerzas para luchar .

  • Verso 1
  • Con un reflejo de luna
  • llegó hasta mí tu sonrisa,
  • fue como un soplo de brisa
  • que acrecentó mi soñar.
  • Desde aquel día te llevo
  • en mi corazón grabado
  • y aunque tú hayas olvidado
  • yo nunca podré olvidar.
Verso 2
Las olas se van y vienen
  • al igual que los recuerdos,
  • y no habrá poetas cuerdos
  • que las puedan bloquear.
  • Por eso, mi amor, te digo,
  • que por mucho que me duela
  • no he de plegar yo la vela
  • que me acerque hasta tu mar.
Estribillo
Pero me miento a mí misma,
sin ti, vivir ya no puedo
en los recuerdos me enredo
hasta ponerme a llorar.
Perdió el reflejo la luna
o su luz ya no me alcanza
y ya no tengo esperanza
ni fuerzas para luchar.


Coros
  • Aunque, si el ayer volviera
  • nunca sería lo mismo,
  • media entre nos un abismo
  • muy difícil de salvar.
  • Los años me doblegaron,
  • mi pecho de miedo estalla
  • al ver de frente la valla
  • que no podemos saltar.
Verso 3
  • Se nos puso cuesta arriba
  • pero la fe no la pierdo,
  • que siento en mi lado izquierdo
  • un sentimiento brotar.
  • Y veo en el horizonte
  • una luz que me ilusiona
  • pues el amor no abandona
  • a quien le sabe aguardar.

  • Puente
  • A mis ojos vuelve el brillo
  • y una esperanza me alerta,
  • que el postigo de tu puerta
  • se quedó a medio cerrar.
  • Y quien sabe si algún día
  • decidas de nuevo abrirme,
  • por eso no he de rendirme
  • y otra vez vuelvo a soñar.
Estribillo
Pero me miento a mí misma,
sin ti, vivir ya no puedo
en los recuerdos me enredo
hasta ponerme a llorar.
Perdió el reflejo la luna
o su luz ya no me alcanza
y ya no tengo esperanza
ni fuerzas para luchar.

jueves, 10 de noviembre de 2022

Mi mundo ideal




  •  Mi mundo ideal
  • .
  • Ya mi corazón palpita como una patata frita
  • si me pongo a divagar,
  • y danzan mis pensamientos entre locuras y sueños
  • tratando de imaginar;
  • como sería este mundo si en mis manos estuviera
  • el poderlo reparar
  • y alzando la mente al vuelo me voy soñando caminos,
  • entre utopías y sueños se hace más corto el andar.
  • .
  • ¡Pero no es la vida un flan!, 
  • a veces duro turrón,
  • donde se rompen los dientes,
  • quienes les dio por pensar, 
  • que en las vueltas del camino
  • crecen los sueños sin más.
  • .
  • Lo malo no es estar loco,
  • lo malo es tenerlos sueltos y no poderlos atar.
  • Un tonto cayó en un  pozo
  • y no encontraron un listo para poderlo sacar,
  • mas yo si saque mi bola, vieja bola de cristal.
  • .
  • Vi centenares de locos disfrazados de poetas
  • y vi bastantes poetas que no precisan disfraz,
  • vi chaparrones de besos cayendo sobre Bagdad,
  • y vi a la cerdita Peggy con un contrato en Irak,
  • vi al amo del Vaticano dar de comer al hambriento
  • cambiando el oro por pan.
  • .
  • No vi quemar a las brujas por hartarse de fumar,
  • vi separar las manzanas que fueran envenenadas
  • con pecado original.
  • .
  • La lechera hizo un corral, puso al lobo de guardián,
  • al zorro con las gallinas y hasta el Capitán Araña
  • también se quiso embarcar.
  • .
  • Los tres cerditos y el lobo jugaban al dominó,
  • sentados frente al hogar y vi chaquetas azules 
  • aliviando el tiritar, de las espaldas mojadas 
  • que se helaban al cruzar 
  • por esos muros de espinos que cortan la libertad.
  • .
  • No vi los ojos vidriados de los toros en las vegas,
  • eran ojos muy dichosos sin lanzas en su espaldar
  • y vi a Macbeth en Las Ventas, sin sangre en el arenal.
  • .
  • De la lejana Alemania volvieron los enanitos,
  • que fueron buscando pan,
  • (Pinocho vino con ellos) había curro en su hogar,
  • Blancanieves, ya viejita, recuperó su alegría
  • cuando les vio regresar.
  • .
  • Y vi que el negro en mi bola era tan solo un color
  • tan lindo como los otros, ¡quizás con mejor sabor!
  • Vi que mi bola... mi bola, era tan solo una bola...
  • Un pedazo de cristal...
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Un mundo ideal

En un rincón olvidado del mundo, donde las fronteras de la realidad y la fantasía se entrelazan como los hilos de un tapiz mágico, había un pequeño pueblo llamado Utopía. Allí, los habitantes vivían en un constante vaivén de sueños y locuras, donde cada día era una fiesta de colores y risas.

Un día, una joven soñadora llamado Berta se sentó bajo un antiguo roble en el centro del pueblo. Con su corazón palpitando como una patata frita, su mente divagaba en la creación de un mundo ideal. Mientras contemplaba el cielo, sus pensamientos danzaban entre locuras y sueños, imaginando una realidad donde el amor y la bondad reinaban por encima de todo.

¿Cómo sería este mundo si en mis manos estuviera el poderlo reparar? se preguntaba, alzando la mirada hacia el cielo azul. En su mente, los caminos se dibujaban como senderos de luz, y las utopías florecían como flores silvestres en primavera. El aire estaba impregnado de un olfato dulce, como el caramelo que frecuentemente lo acompañaba en su niñez.

Pero, como bien sabía, la vida no era un flan. Sabía que, en ocasiones, su realidad se parecía más a un duro turrón que a una dulce merienda. No eran infrecuentes los días en los que sus sueños parecían romperse contra las rocas de la rutina. Quien les dio por pensar que los sueños crecen por sí solos, se ha perdido en la senda de la cordura, pensó mientras daba un suspiro nostálgico.

Un día, en su deambular por el pueblo, Berta  encontró una vieja bola de cristal, cubierta de polvo e historias. Al inclinarse a recogerla, sintió una corriente de energía recorrer su cuerpo. En su mente, un pensamiento brillante iluminó el camino: Si logro mirar en este cristal, tal vez pueda ver mis sueños materializados.

Con suavidad, limpió la superficie de la bola. Para su asombro, la cristalina esfera comenzó a brillar, y su interior se llenó de visiones grandiosas. Vio centenares de locos disfrazados de poetas, cuyo humor y locura eran el alma del pueblo; vio chaparrones de besos cayendo sobre ciudades lejanísimas, y a una cerdita, glamorosa en su contrato, dando un giro inesperado a su destino.

Pero no todo era risas en su visión. Berta  observó a los tres cerditos y al lobo, quienes, contrariamente a la leyenda, jugaban al dominó, dejando a un lado viejas rencillas en favor de una amistad repentina. También, desde Alemania, regresaban los enanitos y un Pinocho que había aprendido a ser de verdad, mientras Blancanieves, ya viejita, sonreía, recuperando la alegría de antaño.

En su visión, los toros pastaban felices, ajenos a las lanzas, y Macbeth, en un rincón del coliseo, narraba sus historias sin sangre. La magia y la felicidad parecían haber encontrado su lugar, y el mundo que Berta soñaba comenzaba a cobrar vida ante sus ojos.

Sin embargo, de repente, la visión se deslizó, y Berta recordó lo que sabía. Esa bola, aquella esfera de cristal que tanto deseaba, no era más que eso: un pedazo de cristal, una ilusión brillante que reflejaba los anhelos de su corazón, pero que no tenía poderes mágicos.

Todo lo que había visto era un espejismo de su propia anhelante realidad. Era un bello deseo, sin duda, un destello de luz en la oscuridad, pero la verdadera magia no estaba en el cristal, sino en el empuje de sus ideas y en los pasos que daba cada día para acercarse a su ideal.

Con la bola en las manos, Berta  sonrió, sintiendo que cada sueño que albergaba en su corazón era un camino por recorrer. Así, decidió transformar Utopía no en un lugar de fantasía, sino en un espacio donde los locos y soñadores pudieran ser ellos mismos, donde cada uno podría buscar su propia verdad, y donde la locura y la risa bailaran juntas en una celebración sin fin. Y así, con cada latido de su corazón, comenzó su viaje, un paso a la vez, hacia un mundo ideal que estaba listo para ser creado.

.

lunes, 7 de noviembre de 2022

De chanchos y chotas II





  • Porte y pecho de adalid
  • con trazas de buen muchacho,
  • no es malandrín ni borracho
  • lucha siempre en buena lid.
  • Echa valor como el Cid
  • nunca verás que se achanta,
  • por las noches no usa manta
  • sus chichas no sienten frío
  • es un choto tan bravío
  • que ningún chalán lo espanta.

  • Yo te mando mi apapacho
  • mientas cocino unas gachas,
  • en bragas como las chachas
  • que gustan de pillar cacho.
  • Por cierto, ayer un muchacho
  • quedó prendido a mis pechos,
  • que aunque viejos y maltrechos
  • de esta vieja, que aunque chocha
  • le pica la calimocha
  • que aún pide sus derechos.

  • Sus derechos de enchufado
  • y a ver quien lo desenchufa
  • porque le meto una chufa
  • que lo dejo bien chafado.
  • Nadie de mí se ha chuflado
  • pues a golpes con el cincho,
  • a uno casi me lo trincho
  • porque me robó un mochuelo,
  • ahora anda de chimuelo
  • y va más tieso que un pincho.

  • ¿Se aliviarán en la ducha?
  • Los picores del chomino
  • ¿o el chocho quiere un pepino
  • que no la deje pachucha?
  • Hace falta pa' la chucha
  • un pedazo de chorizo
  • muy bien hinchado y castizo
  • que de buenos achuchones,
  • y cual los perros pachones
  • sea chingón y rollizo.

  • Me iré a comer un bizcocho
  • que salchichón ya no puedo,
  • pero yo me echo p' al ruedo
  • por refregar bien el mocho.
  • Borracha de calimocho
  • me lo chupó el Recaredo,
  • me achuchaba con el dedo
  • y con que interés chupaba
  • que cada achuchón que daba
  • salía del chuche un pedo.

  • Machos no existen, sospecho...
  • Y son sospechas fundadas
  • ya son muchas las jornadas
  • sin machos de pelo en pecho.
  • Solo queda algún deshecho
  • y algún chulo con chancletas
  • y son muchas las mocetas
  • que buscan un chorbo mono,
  • mas ni echándoles abono
  • crecen machos en macetas.

  • Contando chistes me embriago
  • y mucho si son cachondos,
  • con chungos de bajos fondos
  • me troncho y hasta me cago.
  • En la choza de Santiago
  • el chato, el de los tordillos,
  • nos contó unos chascarrillos
  • de dos chochonas y un chancho
  • y de la risa don Sancho
  • se manchó los calzoncillos.

domingo, 6 de noviembre de 2022

María


  • vídeo canción


  •  Abrazado a los remos de mi barca
  • viene a mi pensamiento
  • el recuerdo agridulce de María
  • y una lágrima escapa 
  • al recordar el día,
  • que sus labios ardientes 
  • entraron al abismo de mi boca.

  • Su lengua desde allí,
  • sin pensar ni un momento en el vacío,
  • se lanzó a la garganta
  • y de mi alma se fue, de golpe el frío.

  • En mis heladas noches solitarias
  • veo en la oscuridad, 
  • flotando alrededor de mis recuerdos
  • los brazos de María
  • y siento arder el pecho,
  • al notar que se forma entre mis labios 
  • un suspiro de cruel melancolía.

  • Los alisios me acercan
  • su oloroso perfume
  • mezclado entre la brisa
  • que acaricia mi frente.

  • Un rayo silencioso, de repente
  • atraviesa veloz el firmamento
  • sin llevar de los truenos compañía
  • por no herir al silencio
  • y evitar que María,
  • se me pueda escapar del pensamiento.

  • Pero mi barca yace
  • sobre ásperos guijarros,
  • ya no juega con ella la marea
  • tan solo el viento azota
  • su roto corazón hecho pedazos.
  • Ella también recuerda 
  • los brazos de María.

  • Yo recuerdo que debo,
  • darle una mano de brea.

martes, 1 de noviembre de 2022

De chotas y chanchos





  • Un chulo pelo panocha
  • y rechoncho como un chancho
  • a una chica lanzó el gancho
  • chuleando de gran brocha.
  • Pa´ tu chozo cara mocha
  • y brocheas bien el techo
  • que por mucho sacar pecho
  • a esta morocha no pinchas,
  • así que macho te chinchas
  • por gabacho y por mal hecho.
  • Como pinche chapucero 
  • por los charcos chapoteas
  • más por muy chalán que seas 
  • ya te fiché majadero.
  • Que uso chapela, de acero 
  • y un chulo no me la cuela,
  • que Doña Concha, mi abuela 
  • me chivó muchos secretos
  • y ni churros ni paletos 
  • se chuflan de esta chicuela.

  • Eres todo un mamarracho
  • chapucero y muy mal bicho
  • lenguaraz y muy redicho
  • con tu pinta de gabacho.
  • Mucho presumes de macho
  • y eres solo un pobre chancho
  • te colgaré con un gancho,
  • y tu chicha bien salada
  • comeré con enchilada
  • y me quedaré tan pancho,

  • Y me dejaste maltrecho,
  • te burlaste de mis mechas,
  • por eso te lancé flechas
  • para darte en todo el pecho.
  • No caminas por derecho
  • eres chulo y muy mal bicho,
  • solo actúas por capricho
  • te choteas de la gente,
  • y por chungo e imprudente
  • te irás pronto para el nicho.

  • Da un chillido regular
  • el chancho cuando lo capan,
  • sus chillidos agachapan
  • a los chinches del pajar.
  • Y en un choza del lugar
  • vieron un día a un muchacho
  • suspicaz y vivaracho
  • que se montaba una chota,
  • achuchaba el pobre idiota
  • mas no pudo meter cacho.

  • Chillando sus desamores
  • por seguir la mala trocha,
  • y por no usar bien la brocha
  • lo chincharon los ardores.
  • Con un golpe de espinocha
  • hay mucho mal que se cura,
  • los pochos con amargura
  • al igual que coches viejos,
  • y a los chingones pendejos
  • se les echa a la basura.

  • El pecho a cada momento
  • se hechiza de poesía
  • derrochando su alegría
  • henchida con tu talento.
  • Chocheo, pero no miento
  • ya cansa ver esos churros,
  • de tantos pinches cazurros
  • que chirrían por ser tan zotes,
  • vayan a sembrar chayotes
  • y no chinchen más... so burros.