En dodecasílabos, hemistiquios 6-6
La rima del segundo verso del segundo hemistiquio
está en el primer hemistiquio del verso siguiente
Me suda la pera, la gente chismosa,
de nunca esa cosa, a mí me dio apuro,
viví yo les juro sin miedo ninguno
al tonto ovejuno que todo critica.
Aquel que se pica, el chisme lo aumenta,
no tomes a cuenta aquello que digan,
los tontos instigan por pura malicia,
es por su estulticia gustar de hacer daño.
No soy de rebaño, mejor me va sola
soy como esa ola, que marcha y no vuelve,
aroma que envuelve amor de verano,
soy viento temprano que besa tu cara.
Soy como la vara que dobla y no rompe,
por mucho que trompe con fuerza algún tonto,
que supe bien pronto ponerme coraza
y a golpe de maza me libro de ellos.
Me duelen aquellos que viven pendientes
y siempre en sus mentes pensando el que digan
pues solos se obligan haciendo a eso caso
a ver el fracaso de su propia vida.
Yo lamo mi herida, de nadie preciso
ni admito al sumiso que al oro se vende,
y aquel que pretende chinchar al honesto,
que tenga un buen tiesto en donde sembrar,
si quiere medrar y no verse solo
tirado cual bolo, en un muladar.
Nadie ha de opinar de como yo vivo,
eso lo prohíbo, que libre nací,
que tan solo a mí me importa mi vida
y nadie decida como he de vivir.
¡Libre hasta el morir! Me dijo mi abuelo
y sigo mi vuelo sin hacerle caso
al triste payaso que venga con credos,
yo vivo sin miedos a ningún averno.
Y me importa un cuerno si después de muerta
me cierran la puerta de algún cielo eterno,
sola me gobierno, no quiero santones
ni engordo a mamones que viven del cuento.
Y no hago aspaviento si gozar me toca,
que me vuelvo loca si me huelo fiesta,
siempre estoy dispuesta sin miedo al castigo
y no me fustigo con remordimientos.
Vivo los momentos tal y como vienen
busco que se llenen de gozo mis días,
solo de alegrías se crecen las almas
y no con las palmas de aquel que me grita;
¡El gozar evita o irás al infierno!
ni admito al sumiso que al oro se vende,
y aquel que pretende chinchar al honesto,
que tenga un buen tiesto en donde sembrar,
si quiere medrar y no verse solo
tirado cual bolo, en un muladar.
Nadie ha de opinar de como yo vivo,
eso lo prohíbo, que libre nací,
que tan solo a mí me importa mi vida
y nadie decida como he de vivir.
¡Libre hasta el morir! Me dijo mi abuelo
y sigo mi vuelo sin hacerle caso
al triste payaso que venga con credos,
yo vivo sin miedos a ningún averno.
Y me importa un cuerno si después de muerta
me cierran la puerta de algún cielo eterno,
sola me gobierno, no quiero santones
ni engordo a mamones que viven del cuento.
Y no hago aspaviento si gozar me toca,
que me vuelvo loca si me huelo fiesta,
siempre estoy dispuesta sin miedo al castigo
y no me fustigo con remordimientos.
Vivo los momentos tal y como vienen
busco que se llenen de gozo mis días,
solo de alegrías se crecen las almas
y no con las palmas de aquel que me grita;
¡El gozar evita o irás al infierno!