domingo, 16 de septiembre de 2018

16 Cobarde . Romance ansiedad






Nunca tuve voluntad
de siempre fui muy cobarde,
nunca supe combatir
gasté mi tiempo en quejarme
esperando que la vida
por guapa me camelase.
De todo lo que pasaba
hice a los otros culpables
al no saber encauzar
mi vida por recta calle.

Siempre me faltó tesón
de nunca supe robarle
a la vida una sonrisa,
nunca fui capaz de darme
en su charca un revolcón.
Y en el amor… punto aparte,
que nunca pude lograr
que en mis labios se parase,
ni supe cómo luchar
por traerle a mis hangares.

Nunca quiso ser mi amigo
nunca estuvo de mi parte
y venció mi voluntad
siempre corta de coraje.
Que no hace caso el amor
a quien lo busca de balde,
sin arriesgarse al dolor
que produce enamorarse,
que no todo es un cantar
cuando el corazón se abre.

Hoy un recuerdo burlón
vino hasta mí a recordarme;
¡No llores por lo que tienes,
a pulso te lo ganaste.
Nada la vida regala
a la fuerza hay que sacarle
aquello que precisamos
para disfrutar del baile
y eso nunca logrará
un espíritu cobarde.

-O- -O- 

Por cobardía

Nunca tuve voluntad, de siempre fui muy cobarde,
nunca supe combatir, gasté mi tiempo en quejarme
esperando que la vida por guapa me camelase.
De todo lo que pasaba hice a los otros culpables
al no saber encauzar mi vida por recta calle.

Siempre me faltó tesón de nunca supe robarle
a la vida una sonrisa, nunca fui capaz de darme
en su charca un revolcón. Y en el amor… punto aparte,
que nunca pude lograr que en mis labios se parase
ni supe cómo luchar por traerle a mis hangares.

Nunca quiso ser mi amigo, nunca estuvo de mi parte
y venció mi voluntad, siempre corta de coraje.
Que no hace caso el amor a quien lo busca de balde,
sin arriesgarse al dolor que produce enamorarse,
que no todo es un cantar cuando el corazón se abre.

Hoy un recuerdo burlón vino hasta mí a recordarme;
¡No llores por lo que tienes, a pulso te lo ganaste.
Nada la vida regala a la fuerza hay que sacarle
aquello que precisamos para disfrutar del baile
y eso nunca logrará... un espíritu cobarde.



Nunca lograrás, 
ser un gran genio,
si no eres regado, 
de amor al nacer,
con gotas mágicas, 
del elixir de la locura,
de esa misteriosa fuente
donde brota el delirio
que nace de la pasión.

Esas doradas gotas
de la fuente del amor
esa fuente que tan solo
es posible encontrar,
en el país de los sueños,
donde habita la ilusión,
en el reino del amor...
Justo al lado del país
donde vive la Fantasía.






OVILLEJO

¿Estas por amores loco?
¡un poco!
¿es tu locura un dolor?
¡de amor!
¿si hubiera amor verdadero?
¡yo quiero!

Fuerte lo pido y espero,
que mi ruego alguien escuche,
que pa´ contentar el buche
un poco de amor yo quiero. 

 Cobarde


Berta contemplaba el horizonte desde la ventana de su habitación, ese pequeño rincón donde las sombras danzaban al ritmo de una luz tenue. Las nubes pasaban perezosamente, como si también ellas cargaran con sus recuerdos. Nunca había sido una mujer de grandes impulsos ni arrebatos. En su vida, la cobardía había tejido una tela tan gruesa que la mantenía prisionera, a salvo, pero también muchas veces sola.

La vida, pensaba, era un escenario donde todos jugaban sus papeles con valentía, mientras a ella la asfixiaban las dudas. Nunca tuve voluntad, murmuraba para sí misma, y un nudo se le formaba en la garganta al recordar aquellos momentos en que las oportunidades desfilaron frente a ella como espectros burlones.

Desde adolescente, Berta había estado enamorada de Marcos, su amigo de toda la vida. Él era todo lo que ella deseaba: fuerte, apasionado, capaz de arriesgarse y vivir cada día como un regalo. Pero ella, por miedo al rechazo, por temor a perderlo, nunca se atrevió a confesar lo que sentía. Los días se convirtieron en años y, con cada amanecer, la cobardía le robaba un pedazo de su alma.

Observaba cómo Marcos se iba alejando, perdiéndose en abrazos ajenos, en risas que no eran las suyas. Mientras él disfrutaba de aventuras, Berta se mantuvo en la retaguardia que ella misma había elegido. Siempre hice a los otros culpables, pensaba con amargura, culpando a la vida y al destino, cuando en realidad solo era su propio corazón el que claudicaba.

En su mente, se iba dibujando un futuro donde la risa de Marcos era la melodía que quería escuchar, donde sus labios se encontraban en un beso que nunca llegó. La tristeza se posó como el polvo en los rincones olvidados de su ser. Nunca supe cómo luchar por traérmelo a mis brazos, se decía, con la certeza de que, de haber sido más valiente, tal vez hoy no estaría atormentándose con el eco de lo que no fue.

Días tras días, la melancolía se convirtió en su amiga. El frágil hilo de la esperanza se desgastó, y cuando finalmente decidió abrir su corazón, se dio cuenta de que Marcos había encontrado el amor en otra persona. Ya no había espacio para una Berta que había esperado demasiado, que había dejado pasar el tren que jamás se detuvo por ella.

Ahora, en las sombras de su habitación, sus lágrimas se deslizaban como ríos silenciosos, llevando consigo el peso de sus sueños inconclusos. No llores por lo que tienes, a pulso te lo ganaste, resonaba en su mente, un eco cruel que le recordaba que había recibido cada golpe de la vida con resignación y no con lucha. La vida no regala nada a los cobardes, se repetía, con cada latido que resonaba en su pecho.

Así, Berta continuó allí, atrapada entre lo que anhelaba y lo que había dejado escapar, un susurro de sueños que nunca florecieron, aguardando un amor que no supo conquistar. El ocaso tiñó el cielo de un rojo sangriento, mientras el sol se escondía, llevándose consigo no solo la luz, sino también a la Berta valiente que nunca llegó a ser.

Arreglos
...
...

(intro)
Nunca tuve voluntad
siempre fui muy cobarde,
nunca supe combatir
gasté mi tiempo en quejarme.
.
Esperando que la vida
por guapa me camelase.
(coros)
De todo lo que pasaba
hice a los otros culpables
al no saber encauzar
mi vida por recta calle.
(estribillo)
Siempre me faltó tesón
de nunca supe robarle
a la vida una sonrisa,
nunca fui capaz de darme
en su charca un revolcón.
(verso1)
Y en el amor… punto aparte,
nunca pude lograr
que en mis labios se parase,
ni supe cómo luchar
por traerle a mis hangares.
.
Nunca quiso ser mi amigo
nunca estuvo de mi parte
y venció mi voluntad
siempre corta de coraje.
(puente)
No le hace caso el amor
a quien lo busca de balde,
sin arriesgarse al dolor
que produce enamorarse.

Que no todo es un cantar
cuando el corazón se abre.
(coro)
Hoy un recuerdo burlón
vino hasta mí a recordarme;
¡No llores por lo que tienes,
que a pulso te lo ganaste.
(outro)
Nada la vida regala
a la fuerza hay que sacarle
aquello que precisamos
para disfrutar del baile
y eso nunca logrará
un espíritu cobarde.


No hay comentarios:

Publicar un comentario