De siempre fui sagaz y aventurera,
de nunca me asustó nadie por fiero,
alejada viví siempre del clero,
tomé la libertad como bandera.
El credo para mí, vi que no era,
me daban las doctrinas mal agüero,
pude guiar a mi nave sin barquero
y a nadie le obligue que me siguiera .
No quiero presumir de ser altiva,
pero sí de vivir a mi manera,
sin estar de ningún credo cautiva.
Y recibí más palos que una estera
por querer ser, de todo credo esquiva,
mas supe mantenerme siempre entera.
El ser libre no tolera
una vida pendiente del infierno,
eso muta la vida en crudo invierno.
No hay comentarios:
Publicar un comentario