lunes, 8 de octubre de 2018

No es mi versar oro fino. Décimas espinelas y asonantadas







No es mi versear oro fino

Las décimas impares en rima consonante,
las pares en rima asonante

Por mi escribir que barrena
vivo pendiente de un hilo,
siempre voy rozando el filo
con mi versear que truena.
Espero a ver quien cercena
mi ilusión por escribir,
que aunque feo este decir
se que mi verbo no gusta,
a muchos veo que asusta
el ver a mis versos fluir.

No escribo para pensar
que nadie mi ejemplo siga
es porque mi alma precisa
versos por necesidad.
Aunque nunca fui capaz 
de hacer alguno bien hecho,
pero juro que lo intento
y no por buscar la gloria,
si no por guardar la norma
que me impuse como reto.

No es que versee muy bien
ni es mi verso de oro fino,
ni tejo versos con lino
ni tampoco he visto a quién.
Mas se llevar el vaivén
para mecer una palma,
llenando de paz y calma
a ese corazón desierto
que se refugia en el puerto
que le ofrezco con mi alma.

Cuando no me sale nada
observo a mi alrededor,
buscando la inspiración
a través de la ventana.
Miro la gente que pasa
y con la gente me inspiro,
sus problemas me imagino,
los traslado a mi libreta 
convirtiendo en un poema
todo aquello que percibo.

Otras veces de la testa
algo se me ocurre a mí
y lo mejor que escribí
siempre fue tras una fiesta.
Porque después de una ingesta
de buen jamón y buen vino
el coco se vuelve fino
y se aviene a cualquier cosa,
hasta parece una rosa
lo que solo es un pepino.

Pero entre pitos y flautas
intento  mi verso llegue
como refrescante nieve
a quienes viven en pausa.
Mi versear les encauza
dejando un camino abierto
al mostrar un azul nuevo
donde solo hubo derrota,
eliminando la sombra
que les impide alzar vuelo.

Un elocuente sentir
de mis letras siempre emana,
quiero que sean campana
que alumbre con su tañir.
Quiero con ellas abrir
las mentes a la bondad,
quede atrás la necedad
y busque el hombre a su hermano,
que salga a flote lo humano
y muera la vanidad.

Llevan mis letras un aire
con sabor a savia fresca,
en ellas se ve una mezcla
de los poetas de antes.
Aquellos de pura sangre
que del amor les cantaban ,
a esas mocitas tempranas
que ansiaban con ilusión
que alguien calmara el ardor
que tanto las sofocaba.

Y escribo para el que llora,
para el que sufre y padece
y para aquel que carece
del agua en la cantimplora.
En mis letras siempre aflora
algún mensaje o conseja,
quizás por ser ya muy vieja
en todas mis letras dejo
de vez en cuando un consejo
y otras veces moraleja.
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A un viejo amigo

Negra juventud y dura
nunca viste una caricia,
era tu mayor delicia
ser de la calle el terror.
Más ese no era el camino,
brilló en tu cielo una estrella
tú te fuiste tras de ella
y encontraste a tu Señor.

Cambio de golpe tu vida,
el pasado ardió en la hoguera,
empezaste una nueva era,
vino a tus ojos la luz.
Hoy tan solo ves hermanos
donde enemigos tú vieras,
sacó de tu alma las fieras
tu Gran Señor de la Cruz.

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