martes, 23 de octubre de 2018

Romance de la niña temprana





Está la niña soñando
en el balcón asomada,
un viento de amor resopla
alrededor de la estancia,
lunas de fuego iluminan
su carita de rapaza,
en sus manos un billete
para el baile de mañana
y en su corazón un tallo
de felicidad en rama.

En sus mejillas dos rosas
reflejan la luz del alba
y un sueño sabor a fresa
le bulle dentro del alma,
un madrugador jilguero
le dedica una sonata,
las estrellas al compás
bailan al son una danza,
mientras un rayo de sol
le besa su frente blanca.

Está la niña pensando
en un doncel que la abraza,
flota un perfume de besos
inundando la veranda,
la luna les guiña un ojo
a las ranas de la charca
y un grillo con la voz ronca
se esconde tras la albahaca,
mientras el silencio grita;
que el amor, le pide cancha.

Bajo la luz del lucero
un geranio se levanta,
estirando bien el cuello
se dirige a la muchacha;
Estás muy tierna mi niña,
la prisa siempre fue mala
quien corre mucho tropieza
y así muy poco adelanta.
Las prisas niña bonita
arrugan pronto la cara.

Lagartos de boca negra
he visto niña temprana,
con sus afilados dientes
ocultos en la barranca,
ansiosos de savia fresca
vigilan en la cañada
el paso de niñas tiernas
para devorar sus almas.
Que se nutren los lagartos
con la carne de las hadas.
¡Cuidado, niña cuidado!
Quien corre mucho resbala!
Hay un tiempo para todo
y el amor siempre te alcanza,
cada cosa en su momento,
porque las prisas se pagan.
¡Cuidado, niña cuidado,
que la prisa siempre mata
y cambiará de color
tu cutis de porcelana!

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