vídeo declamado
Décimas con asonancias,
termina con dos quintillas
Trae la lluvia tristeza,
cala con furor en mí,
mas sigo pensando en ti
así el dolor mucho escueza.
Al saber ya con certeza
que por siempre te perdí
ni estrellas, ni luna vi
bajo este cielo nublado,
recio en negro acharolado
pero siempre no fue así.
Hubo un tiempo que las horas
no contaban en minutos,
supimos sacar los frutos
a nuestras almas cantoras.
Con melodías sonoras
arrullábamos los sueños,
sin jamás fruncir los ceños
navegamos lo profundo,
sin dudar por un segundo
el ser del amor los dueños.
De pronto sin darnos cuenta
una luz nos deslumbró
de golpe todo acabó,
la calma cambió en tormenta.
¿Y por qué debe ser cruenta,
la ruptura del amor?
Debiera ser sin dolor
que ya es bastante tormento
vivir con el sufrimiento
de un mundo vil y traidor.
Nada a la vida agradezco
mal conmigo se portó,
mi gran sueño me robó
hoy solo llantos padezco.
Tanto sufrir no merezco
que a nadie nunca hice mal,
siempre fui mujer cabal
siempre anduve por derecho,
por amor me partí el pecho
nunca pequé de informal.
Con toda mi fuerza amé
cuanto fue de necesario,
nunca tuve yo un mal fario
nunca a nadie le fallé.
Si a veces me equivoqué
de pronto fue reparado,
contigo fiel me he portado
por eso no entiendo bien
ni por qué cosa o por quién
triste y sola me he quedado.
Ya la lluvia ni me moja,
busco sin hallar respuesta
y a morir estoy dispuesta,
¡venga la muerte y recoja!
¡Termine ya mi congoja!
¡Qué me lleve ya con ella!
aquí ya no tengo estrella
que vele por mi futuro,
se volvió mi mundo oscuro
desde que perdí tu huella.
Duele el amor al morir
sin que se pueda evitar
en los ojos el llorar
ni sobre el pecho sentir
que ya no importa el vivir.
Al perder al ser amado
lo vemos todo morado,
la vida pierde el color,
y la esperanza el verdor
si no hay nadie a nuestro lado.
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