jueves, 15 de diciembre de 2016

Regreso a mi fuente




declamado


Regreso a mi fuente

No se reflejan las flores, en sus azulejos rotos
y no hay gotas de agua de colores, sobre su agrietado grifo,
que entre amarillo y verdoso,  aguanta sobre él volando
cuatro avispas y moscones, que danzan en los alrededores
de una plaza que agoniza, sin flores en los balcones.

Alrededor de la fuente no corren niños gritando
ni buscan por callejones, a quienes hacen de botes
escondidos de la murga de comadres y bocones.

La fuente se quedó seca, vacía, mohosa y verde
y de escombros esta llena, sus lágrimas va vertiendo
sollozando en la vereda tendida junto al camino,
donde llorando se pierde como las almas en pena.

Un recuerdo dando vueltas, corriendo detrás de un sueño
va trepando por la  hiedra,  amarilla por el tiempo.

-"Soy la niña del cántaro rojo,  ¿es qué ya no me recuerdas?
La de los ojos muy grandes, aquella; la de las crenchas sueltas".

Me mira mas no responde, ya perdió su caño el chorro,
hace malezas el tiempo, las ranas de su remanso,
se fueron algún invierno,  en busca de un nuevo sueño.

Profunda y amarga huella  en mi pecho va a quedar,
yo te prometí al marchar que muy pronto volvería,
pero es de humano ordenar sin tener en cuenta al tiempo,
mas él ya se encargará, que no se cumplan los sueños,

Es un duende muy travieso, que gusta de fastidiar,
a mí me cargó de  años y a ti te lleno los caños
de tristeza y soledad.


2 comentarios:

  1. Es asombroso la cotidianidad con la que llegan esos recuerdos, hoy que tuve tiempo me paré a pensar, también en mi infancia había niñas de ojos grandes y desparpajo en su sonrisa...
    Gracias por este trozo de belleza

    ResponderEliminar