declamado
Regreso a mi fuente
.
No se reflejan las flores,
en sus azulejos rotos
y no hay gotas de colores,
sobre su agrietado grifo,
que entre amarillo y verdoso,
aguanta sobre él volando
cuatro avispas y moscones,
que danzan alrededor
de una plaza que agoniza,
con los balcones vacíos
sin macetas de geranios
ni petunias de colores.
.
Alrededor de la fuente
no corren niños gritando
ni buscan por callejones,
a quienes hacen de botes
escondidos de la murga
de comadres y bocones.
.
La fuente se quedó seca,
vacía, mohosa y verde
y de escombros esta llena,
sus lágrimas va vertiendo
sollozando en la plazuela,
tendida frente al camino,
donde llorando se asoman
tiestos de un cántaro rojo
que anduvo por mis caderas.
.
Un recuerdo dando vueltas,
corriendo detrás de un sueño
va trepando por la hiedra,
amarilla por el tiempo.
.
-"Soy la niña del cántaro rojo,
¿es qué ya no me recuerdas?
La de los ojos grandes, aquella;
la de las trenzas revueltas".
.
Me mira mas no responde,
ya perdió su caño el chorro,
hace malezas el tiempo,
las ranas de su remanso,
se fueron algún invierno,
en busca de un nuevo sueño.
.
Profunda y amarga huella
en mi pecho va a quedar,
yo te prometí al marchar
que muy pronto volvería,
pero es de humano ordenar
sin tener en cuenta al tiempo,
mas él ya se encargará,
que no se cumplan los sueños,
.
Es un duende muy travieso,
que gusta de fastidiar,
a mí me cargó de años
y a ti te lleno los caños
de tristeza y soledad.
.
Es asombroso la cotidianidad con la que llegan esos recuerdos, hoy que tuve tiempo me paré a pensar, también en mi infancia había niñas de ojos grandes y desparpajo en su sonrisa...
ResponderEliminarGracias por este trozo de belleza
Muchas gracias Rafa, un abrazo
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