De cuentos de La Valenciana
Fabula de mi bosque,
mis gallos de corral, sus sastres, sus brujas y sus zorras.
De los cuentos de mi abuela,
cualquier parecido con circunstancias similares
es pura coincidencia.
I
Suele tener triste sino
el que pa´ gallo nació
y un revolcón de la vida,
en pollino lo dejó.
Tres gallos tengo en mi granja
a su alrededor las gallinas,
y algún envidioso pavo
que les ríe la zarandaja.
Quiquiriquí, quiquiriquí,
a un gallo decir se oyó,
¿Quién me cortó la cresta?
una voz le respondió:
-Quisiste picar muy alto,
ser el amo del lugar,
presumes mucho de bravo
pero las gallinas tienen
los huevos en el corral.
II
Hubo una vez en el bosque
una vanidosa bruja,
a la que todos odiaban
por malvada y por "maruja".
Aunque solo se dedicaba
a recoser los despuntes
de sastres aficionados
que no tomaban apuntes.
Cierto día una zorra vieja
a su puerta fue a llamar,
-"Quisiera de usted señora,
me viniera a visitar!".
( Llevaba puesto un disfraz
y zorra no parecía,
un gran manto de luz
de su maldad la cubría).
Y como ya les decía
a la bruja fue a ver,
diciendo que se pasara
por su casa alguna vez.
-"Qué tengo yo unos trajes
a los que falta quizás
algún que otro repunte
y tal vez algún ojal".
Así lo hizo la bruja,
por su intención de ayudar,
sobre saber que era zorra,
quien rogaba su amistad.
Pasó por la casa y vio
de trajes un centenar,
todos bien de presencia
pero a falta de arreglar.
Entre todos escogió,
después de pasar revista,
un traje con intenciones
pero no muy buena vista.
Puso manos a la obra
y en menos de un santiamén,
bordado le quedó el traje,
¡ahora sí, que luce bien!
En cuanto lo vio la zorra,
"¡no está mal, puede que no,
pero me gustaba más,
tal como a mí me quedó!"
Ahora luce más bonito
pero en esencia le sobra,
lo bello que le añadiste,
¡así no parece mi obra!"
Y aquí fue señores
que la bruja se indigno,
"¡para esto vieja zorra,
creo te sobraba yo!
Si tan solo pretendías
que viera tu colección,
agradecida y sin engaño
hubiera venido yo!"
La zorra se sintió herida
y al pueblo fue a vocear,
la soberbia de la bruja,
que la había tratado mal.
"Mirad bien todos, mirad,
¡con lo buena que yo soy!
de buscona me trató la bruja,
¡quiero su muerte hoy"
Hasta un santón ya caduco
que le pidió su amistad,
más no es la bruja de credos
y no se la quiso dar.
Al sentirse despechado,
¡le hubierais visto gritar!
-"Me marcho porque la bruja,
esconde mucha maldad".
"Sus escritos son un faltar,
hasta se atrevió a poner
en lenguaje cotidiano;
¡la palabra defecar!".
"Así de mala es la bruja,
se oyó al santurrón gritar,
socorredme mis hermanos,
¡echémosla del lugar!".
Por estas y otras mas cosas
y un robo en la pulpería,
de unos trajes de la bruja,
que salieron en sintonía.
Y unos gallos de corral
con poca pluma y mucha cresta,
se le tiraron al cuello
por bruja y por molesta.
Tuvo que marchar la bruja
en busca de otros bosques
donde se pudiera hablar
sin que nadie se ofendiera
al escuchar la verdad,
de cosidos en retales
que no sirven para ná,
donde solo gente hubiera
que supieran entender
que tan solo los mediocres
se sienten ofender
al escuchar las verdades
que no quieren comprender.
Así me lo contaron
y así lo vine a contar,
es un cuento de mis bosques,
contra nada ni a nadie va,
simplemente es un cuento
que rula por el lugar.
Moraleja:
Si entre asnos quieres estar,
sin que nadie te moleste,
aprende tú a rebuznar.
Fabula de mi bosque,
mis gallos de corral, sus sastres, sus brujas y sus zorras.
De los cuentos de mi abuela,
cualquier parecido con circunstancias similares
es pura coincidencia.
I
Suele tener triste sino
el que pa´ gallo nació
y un revolcón de la vida,
en pollino lo dejó.
Tres gallos tengo en mi granja
a su alrededor las gallinas,
y algún envidioso pavo
que les ríe la zarandaja.
Quiquiriquí, quiquiriquí,
a un gallo decir se oyó,
¿Quién me cortó la cresta?
una voz le respondió:
-Quisiste picar muy alto,
ser el amo del lugar,
presumes mucho de bravo
pero las gallinas tienen
los huevos en el corral.
II
Hubo una vez en el bosque
una vanidosa bruja,
a la que todos odiaban
por malvada y por "maruja".
Aunque solo se dedicaba
a recoser los despuntes
de sastres aficionados
que no tomaban apuntes.
Cierto día una zorra vieja
a su puerta fue a llamar,
-"Quisiera de usted señora,
me viniera a visitar!".
( Llevaba puesto un disfraz
y zorra no parecía,
un gran manto de luz
de su maldad la cubría).
Y como ya les decía
a la bruja fue a ver,
diciendo que se pasara
por su casa alguna vez.
-"Qué tengo yo unos trajes
a los que falta quizás
algún que otro repunte
y tal vez algún ojal".
Así lo hizo la bruja,
por su intención de ayudar,
sobre saber que era zorra,
quien rogaba su amistad.
Pasó por la casa y vio
de trajes un centenar,
todos bien de presencia
pero a falta de arreglar.
Entre todos escogió,
después de pasar revista,
un traje con intenciones
pero no muy buena vista.
Puso manos a la obra
y en menos de un santiamén,
bordado le quedó el traje,
¡ahora sí, que luce bien!
En cuanto lo vio la zorra,
"¡no está mal, puede que no,
pero me gustaba más,
tal como a mí me quedó!"
Ahora luce más bonito
pero en esencia le sobra,
lo bello que le añadiste,
¡así no parece mi obra!"
Y aquí fue señores
que la bruja se indigno,
"¡para esto vieja zorra,
creo te sobraba yo!
Si tan solo pretendías
que viera tu colección,
agradecida y sin engaño
hubiera venido yo!"
La zorra se sintió herida
y al pueblo fue a vocear,
la soberbia de la bruja,
que la había tratado mal.
"Mirad bien todos, mirad,
¡con lo buena que yo soy!
de buscona me trató la bruja,
¡quiero su muerte hoy"
Hasta un santón ya caduco
que le pidió su amistad,
más no es la bruja de credos
y no se la quiso dar.
Al sentirse despechado,
¡le hubierais visto gritar!
-"Me marcho porque la bruja,
esconde mucha maldad".
"Sus escritos son un faltar,
hasta se atrevió a poner
en lenguaje cotidiano;
¡la palabra defecar!".
"Así de mala es la bruja,
se oyó al santurrón gritar,
socorredme mis hermanos,
¡echémosla del lugar!".
Por estas y otras mas cosas
y un robo en la pulpería,
de unos trajes de la bruja,
que salieron en sintonía.
Y unos gallos de corral
con poca pluma y mucha cresta,
se le tiraron al cuello
por bruja y por molesta.
Tuvo que marchar la bruja
en busca de otros bosques
donde se pudiera hablar
sin que nadie se ofendiera
al escuchar la verdad,
de cosidos en retales
que no sirven para ná,
donde solo gente hubiera
que supieran entender
que tan solo los mediocres
se sienten ofender
al escuchar las verdades
que no quieren comprender.
Así me lo contaron
y así lo vine a contar,
es un cuento de mis bosques,
contra nada ni a nadie va,
simplemente es un cuento
que rula por el lugar.
Moraleja:
Si entre asnos quieres estar,
sin que nadie te moleste,
aprende tú a rebuznar.
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