viernes, 23 de marzo de 2018

¡Qué venga un poeta, qué venga!




Vídeo declamado


Sextillas arromanzadas

¡Ay, madre me duele el pecho!
diga al poeta que venga
una congoja me invade,
el alma tengo maltrecha
el llanto ya poco alivia
la amargura de mi pena.

Por mucho que clamo al cielo
las oraciones no llegan,
de allí me mandan decir
que busque por otras sendas
que ya no es cosa de santos
del amor curar sus flemas.

Por favor madre no tarde,
que mi corazón revienta,
con urgencia necesito,
que me pongan una venda
con su pomada de rosas
y versos que lo contengan.

Mis males tan solo curan
esas palabras tan tiernas,
esas que saben a dulce
cuando por el alma entran,
como esas que solo entienden
los amantes y poetas.

Por eso madre le pida,
¡qué venga pronto, qué venga!
es el único que puede
llenar de frescor mis venas,
con esas finas palabras
que en mis oídos resuenan.

Esas palabras hermosas
que con sus plumas inventan,
llenas de sueños en flor
para curar las dolencias
de corazones que sufren
por amores la tristeza.

¡Ay, ya me siento mejor
tan solo sentirlo cerca
y veo un halo de luz
símbolo de su pureza,
gracias por llamarle madre,
sanarán mi mal sus letras.

Verso a verso le darán
un nuevo flujo a mis venas,
despertando en mí de nuevo 
las ansias de sentir fresca
en mis labios una boca 
que por mis besos se muera.

Ya solo puedo añadir
a todo aquel que me lea;
Aquel que de amores pene,
ninguna duda le quepa
si quiere sanar sus males
los espante con poemas.

Ya que los santos me dicen
que no conocen recetas
y en cosas del corazón 
no valen rezos ni dietas,
solo curan mal de amores
las palabras de poetas.

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