martes, 6 de marzo de 2018

Coplas a la sombra de un cencerro Sátira




Declamado


No fío jamás de aquellos 
que presumen de humildad
ni de aquellos que pregonan
el dulzor de su amistad.

¡Salvo una rara excepción
por norma nunca es verdad!
¡Son cosas que pienso yo
deben decir los demás!


Nunca el bueno a sí se aplaude
ni el humilde se prodiga,
esas cosas deben ser;
cosas que otro se las diga.


¡Quién a sí mismo se alaba
tiene valor de boñiga!
Ese halago poco suma
en el libro de la vida.

Es el hombre con sus actos,
quien hace crecer su fama
y no con palabras burdas
aptas solo para un drama.

¡Quién quiera que se le quiera,
siembre flores y no grama
y lo haga en tierra fecunda
para que cunda la lana!

No confundan sembrar flores
con el hacer la pelota,
que también ese es un modo
de vivir dando la nota.

¡Y a la corta o a la larga
el pelotero no flota!
nadie agradece los mimos
y halagos que no hacen forja.

Tampoco a nadie le digan
¡Cuánto sabe usted... maestro!
puede que el hombre lo crea
y se tenga por ser diestro.

¡No llegando ni a borrico
y tonto como un cabestro!
Mas se piensa ese buen hombre,
ser un genio por derecho.

La verdad siempre delante
lo negro, que negro sea,
y no oscurezca lo blanco,
por muy turbio que se vea.

¡Y ser ombligo del mundo,
nadie nunca se lo crea!
que cuando menos lo esperes
te pone el mundo a dos velas.

Por querer hacer amigos
no cometas el desliz,
de alabar las chirigotas
de algún fulero aprendiz.

Muchos así te odiarán
pero tú serás feliz,
por las noches dormirás
como gordo tras festín.

Vivirás siempre contento
sin aguantar el martirio
de todos esos que viven
siempre en constante delirio.

Pensando que su pureza
es tan blanca como el lirio.
Soñando quizás que un día,
ellos bordarán el rizo.

Aunque duela la verdad
nunca recurras al cuento,
del por siempre quedar bien
soltar mentiras a ciento.

Pues solo conseguirás,
vivir en duro tormento.
Y ovejas te faltarán 
para conciliar el sueño.

Con esto ya me despido
y os dejo estas coplas raras,
que esta mañana escribí
a la sombra de unas jaras.

A nadie quise ofender,
ni tampoco templar varas.
Tan solo decir pretendo;
nadie alabe cosas vanas.

Termino diciendo qué;
tan solo quise plasmar
las cosas como las siento
y pelillos a la mar.

Alguien pensará de mí
que lo hice por incordiar,
otros pensaran seguro
que del coco estoy muy mal.

Mas de nada me arrepiento,
así tenga que acabar
solitaria y sin amigos
por mi modo de pensar.


Y de todo lo aquí dicho
tengan claro y sin dudar,
que son tan solo verdades
aunque alguien lo tome a mal.

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