domingo, 7 de enero de 2018

M No vienen los versos en lata






¿Quién en mis instintos labra?
¿ante quién me siento fuerte?
¿a quién si no puedo verte,
dedicaré mi palabra?
En esta danza macabra
de la vida y sus miserias
ya no quedan cosas serias
por las que perder el fuelle
y ya no hay quien embotelle
amores para estas ferias.

Cuando el amor no se siente
falla también la cabeza,
nos agobia la pereza
y se obnubila la mente.
No levantamos la frente,
el día se hace muy largo
y ya nadie se hace cargo
de que nos cambió la suerte,
se queda la musa inerte
y nos hunde en el letargo.

La  pluma parece un plomo,
las letras manchas de tinta
y ya la cosa mal pinta
sin saber, porqué ni como.
Al corazón hoy me asomo,
y lloro al verlo vacío,
las letras muertas de frío
a salir dicen se niegan,
si con amor no se riegan,
pero yo he perdido el mío.

A tierra saben los versos,
sin amor no existe el duende,
así la musa no prende
en los renglones dispersos.
Elegantes y muy tersos
pero huecos de sabor,
falta en ellos el calor,
el de un alma enamorada,
que dulce y apasionada
los impregne con su olor.

No habrá versos sin amor,
a nada sabe la letra
si el amor no la penetra
hasta causarle dolor.
Solo un llanto y un clamor
suplicando a las estrellas
de los poetas que en ellas
rebuscan la inspiración,
mas sin poner la pasión
que crea las letras bellas.

Solo crece si hay amor
para ser café y no malta,
eso que al verso le falta
para llenarlo de ardor.
Que buena es la coliflor,
si con cariño se cuece,
y bien guapo el niño crece
si con amor se le trata,
del mismo modo la mata
en donde el verso florece.
...
Y el verso no viene en lata,
tan solo al amor se ofrece.

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