Tierras por Dios olvidadas,
y tierras que ya no saben
a que sabe un azadón,
tierras ya sin el calor,
de una mano que acaricie
de sus hierbas el verdor,
y a esas tierras vinieron
el Ángel y otros dos más,
con la ilusión en la mente
y teniendo bien presente
que mucho hay que trabajar
y aprovechar la simiente
que siembren en el lugar,
que es propiedad de otra gente.
Suelo perdido en el viento
al que nadie le hizo caso
mientras estuvo parado,
¡pero por Dios qué milagro!
que está puesto a producir,
por cuatro desarrapados!
¡¡¡y no puedo consentir,
que esas tierras son legado
de mis padres para mí!!!
Así funciona este mundo
¡qué lo mío es para mí
aun lo tenga abandonado!
y si veo alguien allí,
saldrá de mí lo inhumano,
¡¡¡todo el que quiera vivir,
qué pague como yo pago!!!
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