Poema de Dolores Egea
y Mercedes Bou Ibáñez
De caminos y carretas
(intro)
Por viejas sendas trenzadas
al hierro de eternas ruedas,
cuando el Sol cruza la verja
dejando paso a las sombras,
un desfile de silencios
vaga por el horizonte
en busca de estrellas nuevas
que den savia de esperanza
al orgullo de una raza
que no es carne de yunque
y tiene sus propias fraguas.
En la oscuridad del monte,
cuando la lechuza vela
y los sueños se despiertan
a lomos de mulas viejas
van chirriando las carretas
con una honda letanía
el sentir de los gitanos,
que cómplices de la noche
desempolvan las guitarras,
que ya echan olor a fiesta
con sus bien templadas cuerdas.
Melódicas sinfonías
de lagartos y cigarras
anuncian a grandes voces
que los gitanos se acercan,
ya la luna se disfraza
como gitana mozuela,
para juntarse con ellos
en el fragor de la fiesta,
iluminando la noche
con guirnaldas atrevidas
y con trajes de brillantes
iluminando las zarzas,
haciendo de luz derroche
al amor de las candelas
en donde los duendes danzan.
En la hoguera chispeante,
las ascuas le dan calor
a lo profundo del cante,
el búho muy temeroso
con disimulo los mira
al ver en las faltriqueras
como se guiñan el ojo
remolinos de tijeras,
y en las fajas los gitanos
le mostraban a la noche,
con aires de picardía,
esa sombra escurridiza
del filo de las navajas.
A lo lejos los aullidos
de los lobos hacen eco,
envidiando a las guitarras
y entre cánticos y danzas,
para iluminar las faldas,
la luna presta su brillo
hasta que aparezca el alba.
El monte es algarabía
de los ayes por tarantas,
al son de las castañuelas,
mientras bailan las gitanas
un alegre fandanguillo,
las más jóvenes taconean,
las más viejas hacen palmas.
En lo alto ruega el lucero,
que por hoy se atrase el alba.
Los trajes de lentejuelas
en su continuo volar
van mostrando las enaguas,
ya los gitanillos chicos
chocaban las panderetas
de dos golpes de rodilla
a la palma de las manos
y gorjeos de sentimientos
escapan de las gargantas,
un retumbar de tacones
atruena la madrugada.
Una zíngara en cuclillas
quemando está yerbabuena,
al conjuro de brebajes,
que aprendió de las abuelas
pidiéndole a las estrellas,
que no olviden los caminos
el crujir de las carretas.
Al son del tamborileo
tañe el gitano mas viejo
un cántico lastimero,
implorándole a los cielos
para tener buen camino
y no encontrar los civiles
en su caminar eterno.
La noche ya va cayendo
y las estrellas en lo alto,
parecen bailar al son
de fandángos y guitarras
mientras la Luna encelada
mira a dos enamorados,
que escondidos en las sombras,
hacen del amor un salmo
bajo la luz del lucero,
que con aire picaresco,
le está guiñando un ojo al alba.
Y poco a poco los duendes
acercan la madrugada,
de purpura de oro nuevo
y aparece otra mañana
radiante como una estrella,
engalanada de fiesta,
con su traje de sultana.
Apagando bien las lumbres,
recogiendo sus pertrechos,
aparejan los borricos,
los uncen a las carretas,
emprendiendo nuevo viaje
hacia otros soles que alumbren
los caminos polvorientos,
en busca de lunas viejas
que amen a gitanos nuevos..
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De caminos y carretas
(intro)
Por viejas sendas trenzadas
al hierro de eternas ruedas,
cuando el Sol cruza la verja
dejando paso a las sombras...
---
un desfile de silencios
vaga por el horizonte
en busca de estrellas nuevas
que den savia de esperanza
al orgullo de una raza
que no es carne de yunque
y tiene sus propias fraguas.
---
En la oscuridad del monte,
cuando la lechuza vela
y los sueños se despiertan
a lomos de mulas viejas...
---
van chirriando las carretas
con una honda letanía
el sentir de los gitanos,
que cómplices de la noche
desempolvan las guitarras,
--
que ya echan olor a fiesta
con sus bien templadas cuerdas.
---
Melódicas sinfonías
de lagartos y cigarras
anuncian a grandes voces
que los gitanos se acercan...
---
ya la luna se disfraza
como gitana mozuela,
para juntarse con ellos
en el fragor de la fiesta,
---
iluminando la noche
con guirnaldas atrevidas
y con trajes de brillantes...
....
iluminando las zarzas,
haciendo de luz derroche
al amor de las candelas
en donde los duendes danzan.
---
En la hoguera chispeante,
las ascuas le dan calor
a lo profundo del cante,
el búho muy temeroso
con disimulo los mira
al ver en las faltriqueras
como se guiñan el ojo
remolinos de tijeras,
---
y en las fajas los gitanos
le mostraban a la noche,
con aires de picardía,
esa sombra escurridiza
del filo de las navajas.
---
A lo lejos los aullidos
de los lobos hacen eco,
envidiando a las guitarras
y entre cánticos y danzas,
para iluminar las faldas...
---
la luna presta su brillo
hasta que aparezca el alba.
---
El monte es algarabía
de los ayes por tarantas,
al son de las castañuelas,
mientras bailan las gitanas
un alegre fandanguillo...
----
las más jóvenes taconean,
las más viejas hacen palmas.
En lo alto ruega el lucero,
que por hoy se atrase el alba.
---
Los trajes de lentejuelas
en su continuo volar
van mostrando las enaguas...
---
ya los gitanillos chicos
chocaban las panderetas
de dos golpes de rodilla
a la palma de las manos...
---
y gorjeos de sentimientos
escapan de las gargantas,
un retumbar de tacones
atruena la madrugada.
---
Una zíngara en cuclillas
quemando está yerbabuena,
al conjuro de brebajes,
que aprendió de las abuelas
pidiéndole a las estrellas,
que no olviden los caminos
el crujir de las carretas.
---
Al son del tamborileo
tañe el gitano mas viejo
un cántico lastimero,
implorándole a los cielos
para tener buen camino
y no encontrar los civiles
en su caminar eterno.
---
La noche ya va cayendo
y las estrellas en lo alto,
parecen bailar al son
de fandángos y guitarras...
---
mientras la Luna encelada
mira a dos enamorados,
que escondidos en las sombras,
hacen del amor un salmo
bajo la luz del lucero,
que con aire picaresco,
le está guiñando... un ojo al alba.
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Y poco a poco los duendes
acercan la madrugada,
de purpura de oro nuevo
y aparece otra mañana
radiante como una estrella,
engalanada de fiesta,
con su traje de sultana.
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Apagando bien las lumbres,
recogiendo sus pertrechos,
aparejan los borricos,
los uncen a las carretas...
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emprendiendo nuevo viaje
hacia otros soles que alumbren
los caminos polvorientos,
en busca de lunas viejas
que amen a gitanos nuevos..
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