sí, si, mi caballo bayo
el que corre como un rayo,
el que me regalo mi ayo
por mi santo el mes de mayo,
y de nombre puse Rayo.
¿Dónde estará que no lo hallo?
hasta encontrarlo no callo,
tal vez se cayó en un cayo
o quizás lo robó un payo.
Vine ahora del serrallo
en cuanto me cambie el sayo
iré a preguntarle al gallo
y que me ayude a buscallo.
¡Pero sepa usted tocayo
fuerte lo digo y subrayo,
que de esta el corral lo vallo
aparezca o no mi Rayo!
Desde que perdí mi bayo
el consuelo tan solo hallo
con un viejo guacamayo
que cazó mi fiel lacayo
¡es muy hábil el malayo!.
Esto lo hice como ensayo
perdonen si hay algún fallo,
pero es qué me duele un callo
y hace un frío del carallo.
¡Terminé mi fiel vasallo!
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