Triste en mí mora un aciago recuerdo algo que nunca podrá ya flotar, sueño lejano que debo olvidar, pozo confuso y en el yo me pierdo. Duro vivir sin ponerse de acuerdo, dura la vida será de llevar, por eso es sano el echarse a volar dejando que otros consigan acuerdo. Viéndolo así, es bien fácil vivir, nunca al amor se pretenda forzar solo tendremos un largo sufrir. Deja que vuelen gaviotas al mar nunca en amores se debe fingir, pájaro en jaula no puede volar. Nunca al amor atar, nadie podrá con él, cuerda ni papel, nadie le quita a los osos la miel.
va tomando conciencia de las sensaciones y reflejos
que se van formando en su alma
y convierte esas sensaciones en sentimientos
y esos sentimientos en letras
que transmite con su pluma al papel,
quien sepa encontrar ese reflejo entre sus versos, accederá al
espacio íntimo del ser.
Los versos podrán lograr
que esa experiencia llegue a ser compartida por los lectores. Pero
nunca será una garantía que algo vaya a cambiar en el espíritu de estos.
Y cumplir con tu misión de poeta es escribir nombrando lo
innombrable, denunciar abusos y engaños,
tomar partido, iniciando en quienes te leen, un pensamiento que les
lleve a dar una nueva forma al
mundo e impedir que se duerma en los falsos laureles de esta
esperpéntica sociedad.
Poesía es el mar cuando se esconde el sol en su horizonte.
Poesía es la brisa que acaricia el rostro.
Poesía es la ansiedad que nos invade cuando esperamos al ser amado.
Poesía es sentir en tus ojos la primera luz del alba.
Poesía eres tú mujer, con esa tu alma tan transparente y de pureza franca.
Poesía es....y son muchas cosas más, pero para expresar su grandeza, faltan en la voz palabras.
De orates la poesía,
dulce mal que no se cura,
no existiría el Tenorio,
Quijotes tampoco habría,
sin la pizca de locura,
¡del poeta su abalorio!
Cuando la escritura es capaz de ir pintando imágenes en la mente del lector, tal cual va leyendo, deja de ser escritura para transformarse en magia.
Debe ser el escritor un mago para que sus letras dibujen en el viento las imágenes que guarda en su chistera.
Eso es poesía.
Nadie será poeta,
si tan solo otea el horizonte
con los ojos de la cara.
Nadie será poeta,
si no se cayó algún día
en la marmita
donde se cuece el delirio.
Nadie será poeta,
si no hace suyos
los sentimientos
que arrastra el viento.
Nadie será poeta,
si nunca libró,
batallas contra el amor.
Que bello a veces el silencio para crear poesía, cuan necesario se nos hace para poder escuchar la voz interior que estando él se asoma por una esquinita del alma. Yo lo adoro, pero no me permite llamarlo, aparece cuando el quiere, si lo llamo yo desaparece.
No siempre es mala amiga la Soledad a veces ella y su amigo el Silencio nos enseñan nuevos caminos a seguir.
Mi abuelo tenía un burro que comía mucho y lo acostumbró a no comer, cuando ya lo tenía acostumbrado se le murió, tuvo mala suerte mi abuelo y siempre dijo que nunca supo de que murió el burro, pues a no comer ya se había acostumbrado.
Y siempre decía mi abuelo, que burros tuvo muchos
y los entendía bastante bien,
nunca hija mía intentes lavarle las orejas a un burro,
si lo haces perderás el tiempo y el jabón.
Aún me dijo más sobre ellos, pero en esto no le hice mucho caso y tuve a veces problemas, me dijo;
Hija mía para ir bien por la vida,
cuando entre asnos te hallares, rebuzna tú también.
A rebuznar, aunque rebuzno bastante bien no me acostumbré, a ladrar si, se me da bastante bien a veces, yo ladro si se cruzan bichos en mi camino o yo considero que lo son aunque a otros les parezcan malvas
y otros ladran quizás porque ven a los demás cabalgar
y ellos van a pie.
Otros ladran porque van dando vueltas a tu alrededor persiguiendo un fin lejano al de amor y humildad del que tanto presumen, los ves venir y al verse pillados ladran,
hay muchos motivos más por el que ladran los perros.
Pero eso es otra historia.
Yo también se contar cuentos sin poner personajes,
Poema de Mercedes Bou Ibáñez musicalizado por Suno IA Vídeo hecho con ayuda de Canva y MovieMaker
.
Los octonarios en hemistiquios de 8-8 con cesura entre ellos. Sin esquema fijo de rima.
Esta lloviendo en la calle, las gotas parecen lágrimas.
La misma tierra produce azúcar para embriagarnos, en las guaridas del orbe caben sueños a capazos, las experiencias de vida serán siempre punto aparte, nos hallamos a merced de vampiros de ojos largos disfrazados de merinas y bocas cual grandes jarros que sacian la sed con sueños, nutriéndose de esperanzas y de postre a la ilusión la engullen a grandes tragos sin dejar ni las migajas.
La lluvia sigue y no para, está calando en las almas.
Ya mis tardes acarician tan solo apagados soles
en horizontes sin puertas, con los dedos toco el mar
buscando en él nuevas guías, otras ya las encontraron
bajo estelas de la luna, cargando los sueños muertos
sobre las espaldas frías de quien huye de los sueños
al ver perdidas sus guías.
Una gran ola vigila desde lo alto de una cresta
ya huele en mí la tormenta, se pregunta qué hago aquí,
y oigo la mar que respira y ondula suaves sus olas
como seda de hilandera.
¡Ay, ay si la mar pudiera
poder escapar de mí,
sabe que voy a escribir
mis versos sobre su arena!
Veo que la lluvia golpea con fiereza mi ventana.
Mi frágil pluma rebota sobre el agua como piedra,
asustada por la sombra con olor a madreselvas,
que disfrazada de luna va cabalgando entre nieblas,
sobre una yegua de espuma que hacia la gloria la lleva.
A horcajadas en la grupa
un par de grandes alforjas para llevarse mis versos,
al trigal con amapolas donde florecen los besos,
que nada saben de plumas ni morar sobre las olas.
¡Ay, ay si las caracolas
pudieran irse de aquí,
saben que voy a guardar
mis versos en sus alcobas!
Ecos de voces cansinas me dicen que llueve a mares.
Mas ya saben que es así, mis letras vendrán conmigo
donde nos lleven las olas y mis versos se alzarán
sobre cantos de sirenas, en un campo de amapolas
que florece en alta mar.
Qué sabe la mar guardar
los sueños de aquellos hijos que la supieron amar,
ella guardará mis versos, por toda la eternidad
dentro de las caracolas y en los cantos de sirenas,
con orquesta de violines y música celestial.
¡Ay, ay si la mar pudiera
de mí, poder escapar,
sabe que voy a grabar
mis versos sobre su arena!
Me lanza el mar a la orilla apretando sus pulgares,
echan espumas de humo, mis fatigados arrestos,
ya ni los mares pretenden ser del infierno salida,
oxidadas cerraduras no dejan pasar los odios,
muchos oscuros octubres pesan sobre mis espaldas
y dice el mar no querer más plumas de tintas largas,
que ya tiene a Alfonsina cabalgando entre las olas
con su corona de algas y su traje de corales.
Mientras tanto;
Sigue golpeando la lluvia por detrás de los cristales.