Variante de la octavilla italiana
con rima en asonante
2º y 3º verso, los demás libres
sin asonar entre ellas
sin asonar entre ellas
y agudas en 5º y 8º
Soledad quiero decirte;
Todavía no me rindo
y de ti no necesito,
todavía por mis venas
corre con fuerza el amor,
lárgate con viento fresco
que tú aquí no pintas nada,
¡no me causes más dolor!
Soledad que a mí me envuelves
en tus hilos de amargura
llevándome como bruja
a tu mundo desolado
donde se siente el rugir
de las ventanas vacías
que por tu desidia lloran
cuando se vuelven a abrir.
Soledad que me atosigas
y me golpeas con saña
quitándome la esperanza
de poder hallar la senda
donde poder resurgir,
buscando nuevos proyectos
y encontrar otro camino
que dé fuerza a mi existir.
¡Terca soledad aléjate!
De mi pena no te burles
tus hieles en mí no busques
porque les cerré la puerta;
y no pintan nada en mí
búscate un mejor destino
es decir otra morada
¡porque no te quiero aquí!
Qué más quieres que te diga
tu amistad nunca la quise
que mucho daño me hiciste
por creerme que contigo
iba a sentirme feliz,
y soledad me engañaste
pues yo me creí tu embuste
y me quedé sin perdiz.
Ya no te ensañes conmigo,
apunta para otro lado
donde no tengan reparo
en darte la bienvenida
y te pueda recibir
algún corazón doloso,
tal vez compungido o triste
donde tú puedas vivir.
Así que favor te pido
ruego que de mí te olvides,
que tú soledad me oprimes
y me amargas la existencia
por querer hacer de mí
una amiga para siempre
y a mí tú no me haces falta;
¡No quiero nada de ti!
Poema de Samantha Sanz
y Mercedes Bou Ibáñez
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