domingo, 16 de febrero de 2020

X El perdón II





Es el perdón una fiera
que no debiera existir
y no ha razón de pedir
si la ofensa no existiera.
Cada cual a su manera
intente arreglar un plato
que un momento de arrebato
contra el suelo lo tiró.
El plato ya se murió;
no lo tiro y... no lo mato.
Quien así se condujere
del perdón nunca supiere
si no hay ofensa en el trato.

Si de pedirlo se trata
no seré menos que nadie,
nunca hice nada que agravie
a quien me trató de rata.
Y sirva esto de posdata;
si he de perdonar perdono
mas no sé ni por asomo
por qué tuviera que hacerlo,
sin comerlo ni beberlo
palos dieron a mi lomo,
se me trató cual borrico,
me dieron en el hocico
sin saber por qué ni como.

Si han de perdonarme a mí
tendrán que decir por qué,
jamás fui de mala fe
y nunca a nadie ofendí.
Cierto sí que discutí
sobre como hacer las cosas,
siempre no todo son rosas
aunque muchos sí lo crean,
si hablé fue para que vean
que pudieran ser gloriosas
las letras del corazón,
si con algo de tesón
las bruñimos más hermosas.

Mas, pelillos a la mar
reine la paz y la gloria,
borremos  de la memoria
aquello que hay que olvidar.
No es muy bueno almacenar
recuerdos desagradables,
intentemos ser amables
con todo quien nos rodea
y halagar para que crea
que son sus letras loables,
aunque así nada ganemos
ni su obra la mejoremos
por intentar, ser afables.

El perdón II

Es el perdón una fiera que no debiera existir
y no ha razón de pedir si la ofensa no existiera.
Cada cual a su manera intente arreglar un plato
que un momento de arrebato contra el suelo lo tiró.
El plato ya se murió; no lo tiro y... no lo mato.
Quien así se condujere del perdón nunca supiere
si no hay ofensa en el trato.

Si de pedirlo se trata no seré menos que nadie,
nunca hice nada que agravie a quien me trató de rata.
Y sirva esto de posdata; si he de perdonar perdono
mas no sé ni por asomo por qué tuviera que hacerlo,
sin comerlo ni beberlo palos dieron a mi lomo,
se me trató cual borrico, me dieron en el hocico
sin saber por qué ni como.

Si han de perdonarme a mí tendrán que decir por qué,
jamás fui de mala fe y nunca a nadie ofendí.
Cierto sí que discutí sobre como hacer las cosas,
siempre no todo son rosas aunque muchos sí lo crean,
si hablé fue para que vean que pudieran ser gloriosas
las letras del corazón, si con algo de tesón
las bruñimos más hermosas.

Mas, pelillos a la mar reine la paz y la gloria,
borremos  de la memoria aquello que hay que olvidar.
No es muy bueno almacenar recuerdos desagradables,
intentemos ser amables con todo quien nos rodea
y halagar para que crea que son sus letras loables,
aunque así nada ganemos ni su obra la mejoremos
por intentar, ser afables.

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