miércoles, 11 de julio de 2018

Una vida errada Soneto triste






Mi vida un devenir, continuo estrago,
yo confundí por siempre noche y día,
sin escuchar la voz que me decía;
a la vejez tendrás por esto el pago.

Siempre guió mi vida el falaz halago,
rodeada de falsos yo vivía,
viviendo con afán tanta falsía
se convirtió mi vida en un amago.

Hoy sola, abandonada lo padezco,
recordando torpezas juveniles
en soledad de tristeza enflaquezco.

¡Ay, quisiera volver a mis abriles!
Dejar de parecer lo que parezco
por tantas fantasías tan pueriles.

Esto nos pasó a miles
por ansia de creer el merecer
de la vida caprichos y placer.

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