lunes, 18 de junio de 2018

y Lanza el grito



Para ser el hombre bueno, de credos no necesita que retumben como trueno y le amarguen la existencia. ¿Y amenazas darme palo, con ese Dios que designas, si me inclino por lo malo y no sigo sus doctrinas? ¿A poder gozar la vida, le negáis al ser humano? ¡Y qué esta sea perdida, por miedo... ¿después de asado?! Ya está bien... de tanto cuento, ¡acaben ya esta monserga! ¡Qué si en verdad hay tormento, se paga duro en la tierra.

Grita tú, poeta grita,
que surque tu voz el viento,
sea el caballo veloz
que lleve a su grupa el canto
que acabe ya con el llanto
de aquellos que solo viven
con el manto de la pena
de su amargo padecer
por culpa de la cadena
que pusieron a sus pies
aquellos que piensan ser
de los dioses herederos
y si el mundo fuese un huevo
de un trago lo beberían
sin el temor de cojer
por ello una “malaltía”.

Lanza el grito

Para ser el hombre bueno, de credos no necesita 
que retumben como trueno y le amarguen la existencia.

¿Y amenazas darme palo, con ese Dios que designas,
si me inclino por lo malo y no sigo sus doctrinas?

¿A poder gozar la vida, le negáis al ser humano?
¡Y qué esta sea perdida, por miedo... ¿después de asado?!

Ya está bien... de tanto cuento, ¡acaben ya esta monserga!
¡Qué si en verdad hay tormento, se paga duro en la tierra!

Grita tú, poeta grita, que surque tu voz el viento,
sea el caballo veloz que lleve a su grupa el canto
que acabe ya con el llanto de aquellos que solo viven
con el manto de la pena de su amargo padecer
por culpa de la cadena que pusieron a sus pies
aquellos que piensan ser de los dioses herederos
y si el mundo fuese un huevo de un trago lo beberían
sin el temor de cojer por ello una “malaltía”.

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